lunes, 27 de julio de 2015

Falles de Llesp


Van set. Set anys consecutius que baixo i corro falles a Llesp. Com es diria si fos un festival, des de la primera edició. 
Altre cop, com des del tercer any, dubtes de si correria la setmana abans. Veient la previsió de pluja i tronades i pensant que què malament, però així tindria excusa. 
Encara que enguany tornava a tenir llespwecaners que a més havien manifestat desig de córrer si es podia (mon germà Xavi és un sargento a l’hora d’assignar falles). 

Però un cop més, va ser arribar, veure el bon temps, veure el faro plantat a la plaça, i decidir que sí, que tornem-hi, que he de fer la cerimònia anual de purificació, renovació o el que sigui, que aquest any ho necessito més que mai. 

Pujar a bocafoscant, amb Quirc i Queralt, i Xepp i Xavi, i cosins i cosines (aquestes, un any unes i un altre, unes altres, segons com vagi la reproducció), i gent del poble, i gent d’altres pobles, i els llespwecaners, i sopar tots plegats. Veure els pollets i els xics córrer les seues falletes des de dalt, i cridar animant-los. Encendre, la tensió el moment d’encendre, que se’t passa tot el fred si en tenies i se’t socarrimen els pelets dels braços. Sentir els músculs de les cames cremant quan s’arrepunten a la part alta del camí, dret i relliscós com una mala cosa. Sentir el fum calent a la gola, l’olor de rentina al nas, les aixaldes a la pell. Cridar. Sentir els crits dels altres fallaires, foc al faro!, que no si talle!, els aplaudiments de la gent a la plaça, els crits de molt bé Andrea! de la gent que em coneix. Quedar-te sense alé creuant la plaça al galop, patir per no fotre’t de lloros baixant pel camins de ca de Pau i ca de Basuré. Finalment, fer el rocle a la plaça, al voltant del faro i cridar amb més força i llançar la falla. I les abraçades eufòriques del final. No sabeu el que és. 



Si a més la samarreta “azul-petróleo” (i això d’azul-petróleo és una broma que només entendreu els qui éreu al sopar de la plaça divendres, que és azul cian) es ben xula, les excuses s’acaben aviat. 


El Jordi i la Maria van tenir la seua falla, cadascú a la mida de les seues possibilitats, i la van baixar i córrer perfectament, que en el cas de la Maria, tan mal calçada que anava, va ser d’aplaudir. Un badaloní i una valenciana, potser l’única fallera-fallaira, que se sumen als primers llespwecaners (Víctor, Matías, Luis, per què no vaig fer crònica al 2010? imperdonable!) i a altres turistes, i la tele!, que han volgut participar de la nostra tradició ancestral. Sí, ancestral encara que a Llesp hi hagi un forat des dels anys 50 fins al 2009. 

Cada any que he dubtat a baixar hi ha hagut algú que m’ha fet acabar pujant al faro de Tartero, cada any que he dubtat he acabat satisfeta i cofoia d’haver-ho aconseguit, i sabedora de que m’hauria maleït si no ho hagués fet. 
Més m’hauria maleït enguany si no hagués corregut quan ens donin el patrimoni inmaterial de l’UNESCO al novembre. 

I ahir pensava que si ja n’haig baixat set bé n’hauré de baixar deu, per allò d’arrodonir. 

Fotos (totes!): Núria Castells. Gràcies!!! 

martes, 7 de julio de 2015

Vida 2015

El Vida. Intentaré ser breve. 
El viernes me perdí a Neil Halstead, bastante imperdonable, pero viene a menudo y empezaba pronto, a esa hora aún estaba llegando a Vilanova. A las Mourn también me las perdí, y aún gracias que llegamos a medio concierto de los Expertos Sol y Nieve, para hacerles poco caso, entre saludar y pillar y beber la primera cerveza, esa de sabor incomparable aunque sea una estrella. El último disco ni lo he escuchado y quizá debería porque una canción que no conocía me gustó mucho, aunque con cantar y bailar Talavera de la reina de Inglaterra ya fui feliz. Para los que no me leéis en tuiter, comentar que a ya no recuerdo qué canción, pero fue justo antes de esta, le cambiaron la letra y pasó a ser “Varufakis inventó la democracia”. 
Después nos acercamos a Benjamin Clementine, pero ya había hambre. Dispersión hasta el final de Joan Miquel Oliver, que lo vimos un rato y bien. 
The War on Drugs. Aquí la cosa se ponía seria. Conciertazo. No hay que darle muchas vueltas. Sonó impecable, envolvente, perfecto. Nada que ver con el Primavera de 2014.  Concierto largo, además, que se agradece. Ah, J los vio a dos metros de nosotras y cuando se fue pasó rozando a Carmen y ¡es bajito! ¿J es bajito? Una vez que casi le doy un cabezazo en un primavera no me fijé si era alto o bajo. Sacadnos de dudas. 


Tras The War on Drugs la cosa se puso combativa y ¡por fin! pude ver a los Nueva presentando Novelería. Qué en forma están y qué bien que por fin me haya hecho click el cerebro y me lleguen sus canciones. Impresionante cómo sonaron, musculo y sensibilidad, y ganas, muchas ganas y mucho convencimiento. Los vi muy alante, a una fila del pogo que inevitablemente se montó, creo que en Te debo un baile, y no tocaron Predominio de sol pero tocaron Niquel, canela y se lo tengo que perdonar. 
Después de esos dos conciertazos seguidos y en vena lo de Super Furry Animals no me llegó a convencer y tampoco ayudó que tocaran mi hit al principio y me pillara pidiendo en la barra. Poco más, unos bailoteos con Coco que iba a ser solo unos y fueron unos cuantos, y la vuelta infernal por culpa de una salida de emergencia por la que no se podía entrar (de acuerdo) ni salir (¿perdón?). Una hora de reloj caminando entre viñas y polígonos por haber seguido unas malas indicaciones al llegar. Gracias organización. 

Breve, dijo, ja. 
Sábado. Levantarse a una hora decente, desayunar como reinas, y acercarnos al Museo del Ferrocarril a ver Grungelized. No se me ocurre mejor manera de sacudirte el sueño de las orejas. Aquello retumbaba que daba gusto, lavadora sónica. Acompañado con un par de cañas, ¿quién dijo resaca? 
Comer a las cinco y sin siesta, para arriba, llegar tarde a Nacho Vegas (qué poco me importó con lo fan que yo he sido...), no entrar en el maravilloso concierto de Andrew Bird, llegar tarde al de Father John Misty, demasiado subidito en su papel de guaperas sexual-pavo-real. Las últimas canciones me convencieron porque abandonan el tono cabaretero que también me gusta pero empalaga. 
Casi las diez y sin cenar ni saber cuándo lo haría porque en cuanto acabó salí disparada a Woods, maravillos, la única pega que le pondré al concierto es que le faltaba potencia de sonido, no sé si era el escenario o era que ellos lo habían pedido así. Da igual, fue precioso, un viaje lisérgico a la Costa Oeste. Esta chorrada se me acaba de ocurrir por las guitarras y la voz en falsete en Moving to the left o With light and with love, y porque hace un calor de mil demonios y se me ha derretido el cerebro. 
Medianoche, porque Primal Scream empezaron un cuarto de hora tarde porque no  subieron a Bobby a la furgo y hubo que volver a por él (true story, nos lo contó alguien de organización) y yo sin cenar. Las dos primeras no la conocía, pero mis pies ya se iban solos. La tercera sí, Jailbird. I'm yours, you're mine, gimme more of that Jailbird pie. Gillespie se había tomado la dosis buena, la de no quedarse corto pero no pasarse y acabar sin poder aplaudir como en aquel Summercase (fue en un Summercase, ¿no?). Temazos del Screamadelica, de Give out but don’t give up, XTRMNTR, Burning wheel, Country Girl... Hacía demasiado que no los veía en directo. 


Después, por fin, cenar, y descansar un poco y perderme tres conciertos más, pero ir a darlo todo con Guille Milkyway, que perpetró una sesión verbenera en la que cupieron Sonia y Selena, el Kids de MGMT, cosas chulas y cosas que me hicieron arrufar el nas, y cerró con Kortatu. Como cualquier festa major de l’Alta Ribagorça desde 1987. 
Lo siguiente, entre una cosa y otra, ya fue lo último, los indiescabreados pinchando Tok Tok vs Sophie O, hola pasillo del apolo, y carnaza buena. Y un segurata descojonao de risa nos dijo “Por favor, vayan saliendo”, y casi lloro de la emoción. 

Ya han anunciado a Divine Comedy para el año que viene, yo vuelvo.