miércoles, 25 de junio de 2014

Querido Gael

Querido gael
Esto es una putada.
Me toca ser tu padre para el resto de tu vida.
Y eso jode.
Me odiarás e idolatrarás a partes iguales.
Voy a hacer todo lo posible para que me quieras, eso que vaya por delante.
Para que me hagas caso sin que te obligue.
Para que me imites solo en lo bueno
Ya te aviso que no podemos hacer nada.
Estamos unidos por algo inexplicable, eso que llaman “la sangre”

Querido Gael
Seguramente esperabas mucho mas de mi
Es lógico, es lo que tienen las expectativas.
Casi nunca se cumplen, y menos aun con un padre, lo se por experiencia
Yo no te pertenezco a ti, tu no me perteneces a mí

Querido Gael
Solo quiero que sepas que te voy a acompañar
Que te voy a ayudar en esta pequeña aventura
En este corto periodo de tiempo que compartiremos juntos.
Disfrutémoslo.

Te quiero bebé

Octubre, 2013

domingo, 15 de junio de 2014

Incombustible

Me estoy empezando a dar miedo. Entre lo de la comunión y ayer. Parece que no tuve bastante con nueve horas de Sónar que tras un rápido paso por casa para asearme y cenar me faltó tiempo para ir a la 2. A la “Cuarta Noche de Tributos”. Les había dicho a estos dos y sus novias que iría y me gusta cumplir mis promesas. 



Esta era la alineación: 

VÀLIUS son "La nova cançó"
DOBLE PLETINA son Mecano
DIPLOIDE son 7 Notas 7 Colores
ZEPHYR LAKE son Hüsker Dü
KANA KAPILA son Kiko Veneno 
METHER & ZACKER DJS + GRAHAM

Así estaban en el cartel, pero abrieron Doble Pletina y me los perdí. No me dio mucha pena, la verdad sea dicha, porque nunca me gustó Mecano. 
Llegué a la última versión que Kana Kapila hacían de Kiko Veneno y muy bien. 

Los siguientes en subir al escenario y arrasar como un vendaval fueron Zephyr Lake con unas versiones de Hüsker Dü que ¡marededéusantíssim! ¡Qué energía, que desgarro vocal, que guitarrazos, qué todo, qué manera de que se me viera el plumero con lo del Sónar porque cuánto pude sacudir la cabeza con su corta actuación! 

Después Vàlius tributaron a la nova cançó, los vimos de lejos pero la chica que salió a hacer la versión de ¿María del Mar Bonet? lo hizo de poner los pelos de punta, y a ellos el Diguem no les quedó muy bien, por mucho que a mi me chirríara el “nUsaltres no som d’eixe món”. Cosas de catalana de ponent de dalt. 

Los últimos, Diploide haciendo de 7 Notas 7 Colores, los que menos me interesaban, por mi poca afición al hip hop, no por ellos, pero bien, mantuvieron el tipo y mi interés. 

Nos quedamos un rato con las primeras de Graham y a las tres para casa. 


¿De dónde saco la energía? 

Señoras que van al Sónar

Mi primera asistencia al Sónar bien merece una entrada. Aunque fuera al de día. 
Vaya por delante que el grupo que más me gustó fue Whomadewho, que es un grupo con guitarra, bajo y batería. Aunque lo pasé bomba con Kid Koala, un chaval muy simpático pinchando con tres platos. Pero por partes. 

Llevaba días rumiándolo, que estaría ir bien alguna vez. Por verlo. Para poder hablar/criticar con conocimiento de causa. El jueves me pinté las uñas y me entraron unas ganas locas. Me decidí y compré la entrada el viernes a las dos. La idea, ir con los Slim, que llevan lustros asistiendo y en los últimos años se han especializado en el sábado-día. 

Así que ayer sábado, a las doce, bajo la torre veneciana de la izquierda, como siempre. El plan es llegar pronto, pasear por la feria, ver las instalaciones artísticas, salir a comer, y pasar la tarde hasta que nos echen. Dit i fet. 

¿Modelito? De mamarracha excéntrica no me voy a disfrazar, que no me disfrazo ni en carnaval. Estuve unos 10-15 minutos probándome vestidos y faldas para aceptar que, o bien con los tres kilos que he cogido no me entran, o bien los que me entran no son muy de sónar. Pantalón fresco y blusa que podría llevar al trabajo (que llevaré al trabajo) y a petarlo. #señorasquevanalsónar

A las doce y veinte ya estábamos dentro. No entraba tan pronto a un festival desde Escalarre'96. Las Maris llegarán más tarde. Coger programa, confirmar horarios, primera cerveza. Rayo-60 hace sus cosas con maquinitas, una especia de maraca-sonajero y su garganta emitiendo sonidos de agua yéndose por el desagüe. Una de las canciones diría que usa una base de Sigur Rós, o se le parece mucho. Está bien, pero nos movemos. 

Entramos en una instalación en el SónarPLANTA, unidisplay de Carsten Nicolai. Una pantalla audiovisual gigante y alucinante. Lo mejor de todo, estamos un rato solos. Fotitos, explicaciones del ingeniero referentes a las senoides, y al sol. 



Esto es una senoide.



Nos hacemos foto tonta disfrazados. Vamos a la feria, paseo sin más. 

Vallès se encargan de poner música un buen rato y le dan fuerte a los beats. Los más animados, o que vienen de empalmada, bailan. 

Nos hacemos una foto molona. 



Salimos a comer y a la vuelta entramos al SónarHall a Roll the Dice, que los había escuchado y parecían tranquilos y bien, pero estaban metiendo una tralla no apta para cuerpo-mentes en digestión. 

Probamos a subir a Despacio, la historia de James Murphy + 2ManyDJs. Hay cola, nada grave, pero arriba está hasta la bola, hace calor, y aunque lo que están haciendo, ¿escondidos? es molón, aquello parecen las cuatro de la mañana en una discoteca en lo mejor de la sesión, la incomodidad física nos saca de allí. 

Casi ya es la hora de Neneh Cherry y allá vamos. Al SónarHall de nuevo. Cuatro canciones vi. Porque canta muy bien y las canciones eran chulas, pero tranquis, y yo había ido por el jiji jaja. Me planteé quedarme sola pero no me estaba enganchando tanto. Así que a las cinco y media, para fuera. 

Kid Koala. Qué grande. El pavo con un disfraz de koala en el que no sé qué temperatura alcanzaba y sin parar de dar saltos y correr entre la mesa con tres platos y dónde tuviera los discos. Con tres bailarinas cabareteras animando algunas canciones. Bajando al público con un cacharrito en las manos. Lanzando matasuegras. Organizando concursos de matasuegras con algunos del público que se atrevieron a subir a hacer el ridículo. Un espectáculo divertidísimo y bailongo. 

En cuanto acaba entramos en el SónarDôme, el otro recinto cerrado que nos faltaba, a Dâm-Funk, recomendado por otros artistas. Bueno, pues qué quieres que te diga, igual me fui muy pronto (dos temas), o ya me perdonaréis la ignorancia, pero a mí me pareció que estaba poniendo canciones, soul del bueno, sí, pero vaya, ¿sin mezclar? ¿sin nada? En teoría era “live” y no “dj”. Decepción. Para fuera. 

Y para dentro. Audion en el SónarHall. Technaco del bueno, trotón. Allí nos quedamos un buen rato. 

En las idas y venidas, DJ2D2 en el SónarVillage para que tú lo bailes. 

Son ya las siete y media de la tarde, y bien. Empiezan Whomadewho y mejor. No pretendo engañar a nadie. La electrónica es lo mío sólo a ratos, o mezclada con instrumentos, o en propuestas muy concretas. Dame guitarras, bajos y batería y unos tipos tocando canciones. Eso eran Whomadewho. Que las canciones tienen ritmo bailón, bailemos. Satisfaction, el jit y la única que (re)conozco, tocada con unos graves gordacos y el público coreando y levantando brazos. 

Allí nos quedamos, al fresco, con DJ Harvey que ni chicha ni limoná y hablo por mí, los Slims y las Maris disfrutaron y se quedaron con ganas de más, hasta que pasadas las nueve y media nos echaron. 

Lo mejor: ¡es un festival! El césped-moqueta, las barras, rápidas, el público, majo, el ambiente casi de feria de pueblo (matadme), el transitar de acá para allá, el vestuario de la gente. 

Lo peor: los policlines bajo techo, su inconfundible hedor reconcentrado, y que sólo haya un escenario al aire libre, a la electrónica le van los sitios cerrados y oscuros y la solana puede ser implacable, pero prefiero que me despeine la brisa. 

Lo que queda: ganas de haber visto algunas de las cosas que había por la noche este año: Lykke Li, Robyn, Caribou y Chic (los que más) y Massive Attack (los que menos porque ya los gocé en los 90) y ganas de, quizá, probar el Sónar de noche el año que viene y ver sus gremlins. 

martes, 3 de junio de 2014

Primavera Sound 14 - sábado y domingo o soy una campeona



El sábado se me presentaba tranquilo por dos motivos: no había un cabeza de cartel en el que dejarme gemelos e isquios y a las ocho y media de la mañana del domingo tenía que estar subida en un ave rumbo a Lleida. 
La lluvia cayó escasa cuando salía de casa, todo apuntaba a que no nos mojaríamos, pero por si acaso cargué capelina y paraguas. 
Llegué justa para Jonathan Wilson, que tocaba en mordor. Entre la psicodelia y la solana aquello pudo ser el Canet Rock original. Buen concierto, disfrutable. 
De allí al ATP a Superchunk y qué pena no haberlo visto desde el principio porque lo que vi me encantó y me rejuveneció. Nos acercamos bastante, por la derecha y por suerte, porque por el flanco izquierdo se montó tremendo pogo a partir de Me & you & Jackie Mittoo y Digging for something. Pepinazos guitarreros en toda la jeta mientras el sol se pone y primer concierto con mar de brazos en alto aplaudiendo. El primavera es esto. 
En cuanto acabó, bajar al Pitchfork a ver empezadas también a las Dum Dum Girls, y bien, pero entramos en dispersión mental. Nos acercamos al Rayban a Caetano Veloso, que no es lo que necesito en ese momento y ya lo vi hace años en un concierto memorable, así que a Hospitality. De menos a más, nos vamos cuando acaban pero en el momento de escribir esto he de decir que no dejaron gran huella. 
Momento de incertidumbre. Yo creo que quiero ir a Volcano Choir, pero mordor da mucha pereza y hace doce años me quedé en la puerta de un Moby Dick sold-out para Godspeed You! Black Emperor y están en el ATP y allí vamos, pero mi mente dispersa necesita algo más contundente que lo primero que oímos de ellos, y me llega un mensaje desde Volcano Choir que dice conciertazo así que me decido y convenzo a algunos y nos vamos a la carrera. Llegamos a la mitad y es precioso y me maldigo por no haber ido antes. Suena espectacular, Justin Vernon me gusta hasta cuando abusa del vocoder y aquel trozo de concierto está entre los que más me han gustado. 
Aprovechando que estamos en mordor nos quedamos a Kendrick Lamar pero no me engaño, el hip hop nunca ha sido lo mío y el concierto se pone molón cuando ya hemos decidido volver al vice a Cloud Nothings, no somos los únicos que acabamos allí huyendo del rap, pero entre que son más jarcoretas de lo que esperaba y el tumulto nos vamos. I’m not part of me me gusta a rabiar, pero yo qué sé, y sí que sé que el barón espera con ansia a Blood Orange y nos vamos a pillar sitio. Vamos a ciegas porque lo único que sabemos es que es el nuevo grupo de Dev Hynes, o sea, Lightspeed Champion, y nada que ver, una versión modernizada de Lionel Ritchie que no nos convence mucho y tras cuatro canciones en las primeras filas salimos como podemos y reunión y dispersión. 
Sigo haciendo kilómetros, al rayban a ver media canción de Seun Kuti, y podríamos habernos quedado pero decidimos que es mejor subir al ATP a esperar a Mogwai y ver un concierto entero y bien por fin. Entero sí, bien no, porque aunque estamos relativamente cerca la cantidad de cretinos que no sabían dónde ir y han acabado allí contándose el bocata de jamón ibérico que se acaban de zampar y contestándole al amigo que cabeceaba en silencio que estos son Mogwai y sí, que son famosos, es apabullante. 
Me aparto de unos pero es inútil, estamos rodeados. Cuando las canciones meten ruido puedo abstraerme y disfrutar pero cuando el ruido es una base tenue (y sé que no me estoy explicando, pero si estuviste allí, sabes de qué hablo), me hunden la canción. En fin, pese a todo, concierto memorable de Mogwai y van... El final, diez minutos distorsionando con los pedales, es épico. 
Lo siguiente, y decido que será lo último, Foals en el heineken, y hay que ir a mordor de nuevo, pero lo que veo me encanta. Hay demasiada gente para bailar a gusto, pero es un buen final. 
Me pierdo Cut Copy y el final de fiesta con Coco y el confeti, pero si no duermo un par de horas no seré persona así que por primera vez en nueve años abandono el Fòrum el sábado antes de que amanezca. 

Duermo dos horas, salto de la cama con un escalofrío de destemple a las siete, ducha, desayuno, taxi a Sants. Poca gente en la calle, ya pasan de las ocho, y el taxista me comenta que hasta hace un rato estaba muy animado, “la gente del primavera, ¿sabes?”. Que sí sé. Le enseño la pulsera, de ahí vengo, pero me voy de comunión al Pirineo. 
Me tiro en mi asiento del ave más largo de la historia tres minutos antes de que salga, objetivo cumplido. A partir de allí, todo fácil, me recogen en la estación, me visto en casa de mi cuñada, me toca subir a encender el cirio y no se enciende, pero mi sobrino comulga al fin, saludo amigos del pueblo, vamos a comer a Caldes, y comemos muy bien, y me cambio para volver a la ciudad, y menos mal porque la sobredosis de oxígeno a 1.500 m de altitud me ha sentado tan bien que en el tren de vuelta miro si alguien va a algún concierto esa noche y sí, y sin pasar por casa, me convencen de que no lo haga, me voy directa al Barts y premio. Veo el final de Juana Molina, bien, interesante, y a Angel Olsen, que hace un concierto precioso en el que la gente, por fin y por suerte, guarda silencio. 
Está la intención de ir a apolo un rato a dar saltos, pero es ver la cola y saber que el aforo estará completo antes de que crucemos la calle, así que metro y a casa. 


Como me lo sigo pasando tan bien solo me queda decir thank you for coming, see you next year!