viernes, 7 de noviembre de 2014

BIME - el sábado

El sábado las del desayuno incluido bajamos antes de las diez a aprovecharlo, dejando el cuerpo con seis horitas cortas de sueño. Un par de ansiosos se habían ido a las 9:30 a hacer el turista en bote por la ría, que seguro que es muy bonito, pero se puede ir otro día. Digo. 
Sobre las doce una avanzadilla ya tomaba el Casco Viejo para liarse a pinchos y vinos como si no hubiera mañana. Bacalao al pil-pil, steak tartar, gildas, foie, cresta de gallo... un sin dios. 
Una vez toda la troupe estuvo reunida buscamos un restaurante y como el primer asador que vimos nos pareció caro nos metimos en un restaurante clásico de toda la vida que nos acabó saliendo por casi el doble. Pero muy rico todo. 
Después de comer, dispersión. Unos, siesta merecida; otros, preventiva; otros, paseo pre-corte de digestión, y las últimas, a pasear por la ría hasta el Guggenheim. 


Dimos la vuelta y le dije a Nu que seguro que estaban los gemelos dentro, que son muy de visitar museos en las ciudades de sus giras. “¿Quieres entrar?”. “No, da igual, se hace tarde, vamos tirando”. Diez minutos después nos comunican que acaban de colgar una foto en instagram, ¡los gemelos estaban en el Guggenheim! Mira, mejor no haber entrado, porque no me hubiera atrevido a decirles nada y me habría maldecido hasta el infinito por ello. Sin ocasión no hay fracaso (y eso lo dije en ese momento y Nu es testigo, no lo digo a toro - triunfal - pasado). 


Descanso en el hotel, y aunque salimos tarde fuimos las primeras. Nos perdimos Dawn Landes y Chris Garneau, que hicieron venir a Lau a Bilbao, sino a The National los habría visto en Madrid. Como me fío de su criterio, los escucharé. 
Para mí todo giraba en torno al concierto de The National, lo demás era accesorio. Mando Diao se quitaron la camisa a la segunda canción y un tuitero al que desvirtualicé en el BIME me dijo que iban como cubas. Por lo menos. No negaré que Dance with somebody  es temón revientapistas si te pilla con la quinta puesta, pero en frío y de lejos, me dejaron indiferente. The Kooks tampoco son mi grupo. No había escuchado ni una canción y bueno, son resultones y le ponen ganas y el cantante marcaba un paquete que no era normal, pero más allá de eso, bfff. La gente pareció pasarlo en grande, eso sí. 

Lo que pasó entre The Kooks y La Roux ya lo conté en este post, así que sigamos con el sábado. 

La Roux, a la que llegamos después de las paradas técnicas tras dos horas y media sin beber ni pasar por el servicio. Estaba tocando una canción que me gustó, ¿Uptight Downtown? y me hubiera quedado, no estaba mal, pero propusieron ir un rato al auditorio, a descansar. Estaban tocando Audience, que me sonaba a grupo melódico con chica que cantaba en francés (me da que me confundí con Souvenir) y aquello era country vasco.  Después Holy Ghost! bailongos a más no poder, era justo lo que necesitábamos para aguantar hasta Delorean. Muy disfrutado. 


Habían ubicado a Delorean en el Stage 2, y se quedó pequeño. Era lo único que quedaba en el BIME y había tanta gente que hasta estaban parte de los Kooks delante nuestro. Empezaron, creo, con Seasun, muy favorita, casi que me podría haber ido ya, pero estaban tocando muy bien, y no sé si presentaban disco o cambiaban mucho las canciones pero reconocí pocas más. Cierto que nos fuimos a las cinco, cuando llevaban tres cuartos de hora de concierto, pero les quedaban otros tres, y es de imaginar que se dejaran la artillería pesada para la traca final. 
Nuestra traca final fue bailar un rato fuera del recinto, que se oía mejor que dentro, los vecinos, contentos, seguro. 

Eso fue todo. ¿Todo? ¡Todo no! Quedaba bajar en el ascensor el domingo por la mañana con uno de los My Sad Captains, el guapo, concretamente, que, vaya casualidad, tiene una retirada a los Dessner, y ver a todo el grupo cargando bártulos en una furgo de alquiler mientras esperábamos el taxi que nos llevaba al aeropuerto a hacernos la foto con Bryce (si no lo repito, reviento, sí). 


Thank you for coming, see you next year a poco que el cartel sea del mismo nivel que el de este año o la primera edición. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

BIME - el viernes

A Bilbao llegamos el viernes por la mañana, y pasaron cosas muy bonitas que también merecen ser contadas. 
Unos llegaron antes que otros y les dio tiempo a hacer turismo y comerse cuatro pinchos de tortilla antes de que los otros asaltáramos el primer bar, al que siguieron dos  más, con sus copazos de vino y poco comer. Suerte de un menú y una siesta reparadora, si no habríamos llegado al BIME con el cuerpo del revés. 

Entramos en el BEC bastante puntuales, siete y pico, a justo para ver terminar a Go Go Berlin y empezar a We Cut Corners, hacernos con el espacio, pillar un programa y exclamar “¡hoy es Thurston Moore!” (así venía de estudiada), encontrarnos con Lau en uno de esos pasillos con valla anti-avalancha, y decidirnos por el auditorio, o Stage Teatro, donde tocaban The Barr Brothers, que hicieron un concierto de menos a más, de no saber si irte, decidir quedarte y que sea una gran decisión por lo bonitas que son las canciones que tocaron. Folk con deje country o americana canadiense, con arpa y contrabajo, salimos con una sonrisa y media hora de margen para avituallamiento antes de pillar sitio en Thurston Moore. 

Eso nosotros, otros andaban por Imelda May (la vimos de pasada) y otros cogiendo sitio en el auditorio para The Divine Comedy tres grupos antes, pero es que por lo que cuentan Fuel Fandango lo petaron y casi lo echan abajo. Clásico ejemplo de mala programación, diría. 

Thurston hizo el concierto del día, el segundo en el topthree del festival para mí, el primero para alguno. En su línea ruidista, se cascó una primera canción de 18 minutos, porque yo lo valgo. Y no preguntéis cuál fue, que me gusta pero a tanto no llego. No recuerdo que tocara ninguna de Demolished Thoughts, disco de 2011 de una dulzura inusitada, que presentó en la 2 de apolo en un concierto íntimo. Nada que ver este con aquél. Acompañado por Steve Shelley, de Sonic Youth, a la batería; un guitarrista fenomenal que ahora que lo he buscado puedo decir que se llama James Sedwards y que es británico; y una bajista que me hizo querer ser bajista de mayor y que nos dijeron el lunes que es Deb Googe, la de My Bloody Valentine.  Seguro que si el Inquilino no hubiera estado no-casándose en Las Vegas la habría reconocido. Estuvimos en segunda fila hasta que la pareja de delante mío se largó, que no acabo de entenderlo, esperar un buen rato antes para luego largarte a medio concierto, pero oye, mejor para mí, y disfruté como una enana de la distorsión cosida de sutilezas del guitarrista y de las maravillas que hacía Deb al bajo. Canela. 




En cuanto terminó, corriendo a Macy Gray, porque Lou se moría por verla y como yo no la había visto nunca, pues vamos allá. La perdedora de la noche fue Anna Calvi, a la que sí había visto hace un tres años en una calurosa noche de septiembre en un aún más caluroso KGB. Me gustó Macy Gray, aunque no sea mi estilo, por actitud, personalidad y vozarrón. No acabamos el concierto porque nos llegaban mensajes inquietantes de aforo completo en el auditorio y no podíamos quedarnos sin ver a Neil Hannon, así que nos fuimos y valió la pena porque aún pillamos las cuatro últimas canciones de la Calvi, otro chorro de voz, esta vez en unas melodías más guitarreras. Aunque Anna, si no sabes andar con taconazos, haz como yo, no los lleves. Temí por tu crisma cuando abandonaste el escenario. 

La gente se fue marchando del teatro y fuimos mejorando nuestras posiciones hasta unas aceptables primera y tercera filas laterales, y salieron The Divine Comedy, con un Neil Hannon barbudo (hasta hizo encuesta barba sí, barba no, ganó el sí, pero hazme caso, estás más guapo sin ella) y con dos dedos de la mano entablillados, que se había fastidiado ya no recuerdo cómo, que lo contó, algo muy tonto, mostrándonos una fotocopia de la radiografía, lo que le impidió tocar la guitarra. Pero cantó con esa voz de barítono y la banda sonó como debe, me hizo contener la respiración con A lady of a certain age y puso a parte del público en pie con Generation Sex y National Express, y  en pie acabamos todos, brazos en alto, con la maravillosa Tonight we fly y eché de menos a Margarita, que de saxofonista ha pasado a guerrillera anti-festivales y se pierde momentos como estos. 



Salimos del teatro, unos de retirada, otros nos quedamos hasta el final de Placebo, uno se quedó a dejar el pabellón alto, aguantando hasta FM Belfast. 
Placebo bien y mal. Bien porque es una banda que suena como un tiro, potente, pero se dejó los hits en casa, y así no. Buen concierto pero sin más. 

Y a dormir. 

martes, 4 de noviembre de 2014

BIME 2014 - The National

El fin de semana fue largo e intenso y pasaron muchas cosas, pero el sábado en el BIME solo pasó una: asistí al mejor concierto de The National de los seis siete que he presenciado. Lo intuí, que era el mejor, mientras estaba pasando; lo supe cuando acabó; y lo llevo confirmando desde que me levanté ayer, y ya ha pasado más de un día y medio desde eso. 
Sacrifiqué a Mogwai para coger sitio tan pronto terminó el concierto de The Kooks y hubimos hecho las paradas técnicas pertinentes. A más de una hora del inicio del concierto la primera, segunda y tercera fila ya estaban pilladas, pero la cuarta, frente al micrófono de Bryce Dessner, era nuestra. La espera se hizo más amena cuando salió Bryan Devendorf a afinar la batería, o calentar brazos, lo que fuera que hiciese le llevó un rato. 
A media hora del concierto la masa de gente detrás nuestro era ya considerable, menos mal que habíamos desistido de “un par de Mogwai y vamos a pillar sitio”. Un cuarto de hora antes yo creo que ya estábamos todos. 

Salieron puntuales con Riders on the storm sonando de fondo y empezaron con Don’t swallow the cap. Efectivamente, tenía a Bryce a ¿qué? ¿cinco metros? Las chicas se reían de mí porque el que me gusta más es Aaron, pero ponerse a la izquierda fue una decisión táctica: la gente vendría del concierto de Mogwai por la derecha y allí habría más empujones y apretones, iones, eones, ones de gent

No sé si fue el hecho de estar tan cerca, poder ver sus sonrisas, los gestos cómplices entre ellos, distinguir quién hacía el punteo con la guitarra y cuántos hacían coros en cada canción. O la gente que nos rodeaba, que salvo algún momento de mar de pantallas, estaba entregada, atenta y disfrutando como nosotras. O probablemente, que ellos estaban felices. Y que tocaron un repertorio casi perfecto, pese a las limitaciones temporales de un festival y alguna ausencia dolorosa. 


Las nueve primeras, de Trouble will find me y High Violet (de un total de siete de cada álbum). Empezaron con Don’t swallow the cap y I should live in Salt, creo que como en toda la gira, Sorrow y en Bloodbuzz Ohio y Sea of Love yo ya cabeceaba y daba algún salto. Volvió la calma con Afraid of Everyone, Conversation 16 y I need my girl, canción rebonica en la que Bryce usó dos guitarras, una de forma convencional y otra agitándola arriba y abajo y ahora la apoyo en un ampli y luego le doy vueltas para crear una distorsión sutil (si no fue en esta canción, corregidme). 


En Ada Matt agradeció a Sufjan los servicios prestados cuando grabaron Boxer y la sección de vientos entonó la fanfarria de Chicago y a mí se me fue el canturreo al “you came to take us, all things go, all things go”. Ada fue la primera canción de más de cuatro años y le siguió Apartment Story que tras este concierto es más favorita si cabe, ese estribillo, “so worry not, all things are well, we'll be alright, we have our looks and perfume”, I’ll be alright. Ahora sé, con el setlist delante, que ya habían transcurrido dos tercios de concierto cuando después de Pink Rabbits atacaron England  y Graceless, y di más saltos que nadie porque casi nadie salta en sus canciones y porque por un momento creí que sonaría Abel y nadie salta más alto que yo en Abel, que no la tocaron y se lo perdono, que es mucho perdonar, porque ese final fue épico. England y Graceless saltando, en About today descansando para la tormenta final, Aaron cambiándose de sitio con Bryce para tocar Fake Empire y que yo le hiciera un book, 


Mr. November  y las apuestas a que se tiraba por la izquierda pagándose baratas, ya se había amorrado a los bafles antes, tanteando, pero no se tiró, esperó a Terrible Love y alehop, ya me he tirado, por la izquierda, y mi círculo de dos palmos de diámetro de espacio vital a tomar viento. Salté, me dejé llevar, intenté no perder de vista a al menos un conocido, Nu y Lau siempre a tiro, y no empujéis, un pie atrás haciendo palanca, mi cuerpo inclinándose peligrosamente a un lado y otro y el pie que se quiere mover no tiene hueco para hacerlo, y ahora que puedo doy un salto y veo que Matt está a un metro, pero hay diez personas entre él y yo, y una es mi Mat, que no es mío, es de Lou, que también anda por allí, agarrando al Matt que no es suyo, mientras Mat se hace una foto con la melena de Matt y yo estiro el brazo pero me olvido de estirar la mano y no llego a tocarle la melena sudorosa a Matt y la marabunta que me lo ha acercado vuelve a llevárselo y el cable del micro se habrá enredado porque por más que lo pasamos no da de sí, está tan tirante que amenaza romperse, que poco importaría, la canción la están cantando Aaron y compañía sobre el escenario, y no puedo mirarles como suelo porque me va la vida en ello. No hay mal, ni bien, que cien años dure, y aquella locura que en Madrid esquivé y en París no fue, acabó con Matt otra vez arriba sonriendo y el grupo al borde del escenario cantando Vanderlyle Crybaby Geeks y todos cantándola más alto que ellos y yo sin creerme que aquello se acababa allí. 


Las piernas me temblaban como me habían temblado de emoción en algunas canciones. Tenía las pulsaciones a cien, y no solo por la adrenalina del momento Matt-in-the-crowd. Lau metió enseguida el concierto en su topten; yo, tras sopesar pros y contras, al uno. En calidad musical probablemente el mejor sea París, pero en emoción y felicidad compartida por grupo y público, sin duda este se lleva la palma. 


Maldigo unas cocochas al pil-pil que dejaron fuera de juego al de entrecopas y su chispitica, maldigo un viaje a California y la testarudez del Inquilino en caso de que esa excusa le hubiera fallado y ni él ni Cafeína hubieran venido igualmente, y maldigo una mudanza y otras excusas peregrinas que dejaron fuera de juego a Walquiria. Hubierais disfrutado tanto. 

Lo de coincidir en el aeropuerto con Bryce y su novia o esposa daría para un relato corto si me pongo a ello pero lo resumiré en un “Matías es un crack”. Bueno, es demasiado resumir, no es mi estilo. Cabía la posibilidad de que volaran ese día a casa porque la gira para hasta el 26 de noviembre, pero en el embarque de Frankfurt no estaban. Mat fue a sacar pasta con los ojos bien abiertos, por si acaso y pilló a Bryce pasando el control, nos llamó, fuimos Lou, Nu y yo a la carrera, nos quedamos paradas, al acecho, él nos vio, Matías se dirigió a él amablemente, le dijimos conciertazo, él dijo are you Spanish?, Mat dijo we’ve toured the world to see you (la exageración ha sido siempre lo suyo, por mucho que sea la tercera vez que hago kilómetros para verles), yo dije best show of the six seven I’ve seen, I don’t know why, y la novia dijo foto y la hizo y yo le dije “you made my day” a Bryce y él dijo thank you. 



Fin. 

domingo, 28 de septiembre de 2014

Cursa de la Mercè 2014

A aquesta marca de 1:17:42 li direm tiempazo. 

M’estava rellegint l’entrada de la primera cursa de la Mercè que vaig córrer, que també va ser la primera cursa de 10 k que vaig fer, 2010, uf. Anava entrenada, sense “alardes”, però des del maig anava fent un parell d’entrenaments curts per setmana. Vaig acabar en una hora i set minuts. 

Avui anava en plan kamikaze. Perquè com vaig explicar ahir, no havia entrenat. Era per haver pres mal, però no n’he pres. 

La cursa ha crescut tant que la cua ja no és davant el CaixaFòrum, sino força més amunt, i han donat tres sortides. Jo em podia haver colocat al calaix negre, de 55’ minuts en amunt a cursa prèvia, però m’he quedat amb el Barón i la seua llebre, l’Inquilino, al calaix marabunta de primeres participacions i dracs (sí, la cursa de la Mercè “corteingleseja” una mica). Total. 

Total, que els he desitjat sort i els he vist marxar rumb a la marca < 60’ que volia fer, i ha fet, el Barón. Arrassant amb una pobra noia que se li ha creuat, però allí estan els 56’06" (treieu-li els 3 minuts que ha perdut ajudant la noia que s'ha emportat per davant) per la posteritat. 

Jo, al meu ritme, lent, i què? Fins i tot el setlist el portava calmadet al començament, per evitar deixar-me endur per la massa. 
El recorregut va canviar el 2012, però aquell any vaig anar al DCODE i el passat a la boda de ma cosina, així que m’estrenava. Hem sortit a Gran Via per Calabria, i just quan girava ha començat a sonar aquesta cançó tan preciosa que m’ha fet desencongir-me i tirar fins el km 2, i desprès Sail away fins al 3. 

Que si em llegiu ja sabeu que jo sempre vull abandonar durant els tres primers km. Arribar a Tetuan amb Giorgio Basmatti “un año más, bla bla bla, esa cruel sensación de perder un año entero, bla bla bla, nada de la vida espero, ni un detalle material”, i anar cantant amb un somriure, 

i enfilar passeig de Sant Joan i que comenci a sonar Afterlife, i és cara avall i arribo al km 5 i si no calculo malament ho he fet en 37 minuts i gairebé em poso a donar bots d’alegria. Però només m’hauria faltat posar-me a botar, perquè és passar el km 5 i fer un repetxonet de res per accedir a la part central del Passeig Lluis Companys i les cames han passat a pesar el doble. Per primer cop em fallaven elles i no el sistema cardiorespiratori. Doncs res, paciència. Afluixa, camina 10 metres, torna a trotar. 

Dancing on my own (running on my own) abans d’arribar a Urquinaona i Yo La Tengo creuant plaça Catalunya esquivant turistes. 

Colours, de Reptile Youth, quan enfilava Sepúlveda, m’ha enganxat baixa de forces, però som’hi que ja deus arribar al km 8. 

Paral·lel l’he fet caminant, perquè ja no en podia més, perquè puja molt, perquè l’ungla del dit que m’havia costat cinc mesos recuperar ja em feia massa mal, i perquè no volia tenir un cobriment de cor. Arribant a plaça Espanya ha sonat Abel i m’he posat a trotar, és més fort que jo, però ha durat poc.

Enfilant la plaça i encarant Maria Cristina ha començat a sonar Common People i m’ha sobrat cançó. Ho havia aconseguit. Baixar de l’hora i vint que havia previst. 

He acabat a la posició 13513, no podeu viure sense saber que a Bombers 2012 tenia el dorsal 14513. 


Quan dius que és la Jean Bouin? 

sábado, 27 de septiembre de 2014

Cursa de la Mercè, la prèvia

Dijous vaig anar a recollit dorsal i samarreta convençuda de que no faria la cursa, perquè no havia "entrenat" (farem veure que 50 minuts a l'elíptica és un entrenament) des del 9 d'agost. 

Però en veure l'ambientillo, el nº de dorsal xulo que m'ha tocat i la samarreta de color corall vaig dir, a lo loco! 


Ahir vaig anar a entrenar, cinta al gimnàs, i vaig aguantar més mal que bé 50 minuts i no vaig arribar a 7 km. Així que l’objectiu demà és anar entre 7’ i 8’, no prendre mal i que no m’enganxi el cotxe escombra. Ritme patètic? Sí. 

Però millor que quedar-me a casa, que no? 

domingo, 20 de julio de 2014

Cruïlla - todo lo demás


Claro que no todo fue Band of Horses en el Cruïlla. 

Antes, a primera hora y bajo un sol de justicia que les cegaba, Angus & Julia Stone desplegaron sus encantos, sus pelos que no han visto peine en días y su barba ida de las manos y sus canciones dulces que no me convencieron pese a la buena disposición que tenía de que me gustaran. Tres versiones tres hicieron. Una de Grease, You’re the one that I want, que por lo visto la tocan siempre. Un acabar una canción con el Girls just wanna have fun de Cindy Lauper que no hacía falta. Y un Bloodbuzz Ohio de The National totalmente inncesario. ¿Acaso no confían en su repertorio? Solo a Springsteen le permito tres versiones, ¡porque sus conciertos duran más de tres horas! 


Sus fans más acérrimos jalearon cada contoneo, cada cambio de lado de la melena a golpe de cervicales, cada falsete y cada suspiro. La frase que lo define todo la dijo Walkiria “parece que se ha caído en la marmita del Prozac”. No estuvo mal, pero quizá esperaba algo más de ellos, algo que no obtuve.


En la hora y media que había desde ellos a BoH nos dio tiempo a cenar de espaldas a Damon, acercarnos a Nueva Vulcano, que casi hacen explotar la carpa, el volumen demasiado alto, pasar por los policlines que aquí son tois, pedir otra cerveza y pillar buen sitio. 


Después, hacer tiempo hasta Tinariwen y/o Calle 13. Tinariwen tocaban en lo que en el primavera era el ATP y llegamos justo antes de que empezaran y a tiempo de que se nos cruzara un tuareg de dos metros que creemos que era público y no grupo y que alguien dijo que tenía ojos azules y pelo rubio, acusándole veladamente de ser un inglés disfrazado. Aunque podría ser que esto lo hubiera soñado. 
Eran la mitad que el año pasado en el primavera, es un colectivo de músicos y la formación de cada gira va cambiando, e hicieron un concierto totalmente distinto. Si el año anterior aquello fue una boda tuareg, este año entraron en un bucle psicodélico que ríete tú de cualquier banda de los 60. Y me metí en el bucle y no quise salir. 


Quien fue a Calle 13 dijo que aquello era un cuadro, así que todo bien. 

A Calle 13 les vimos lo que quedaba de concierto y solo puedo decir que estaba hasta la bola de gente, en las gradas y en la explanada y que no me importó largarme de allí a buscar una cerveza. Otras ya se habían ido a casa, mal. 

El resto fue un poco despropósito, porque Oques Grasses tocan muy bien reggae y ska, pero no es lo mío y encerrarme en una carpa en verano menos, y Violadores del Verso bien, pero aún es menos lo mío. En cuanto empezaron Several Future me fui, que ya me podía haber ido antes ¿no? Pues no. Con el gentío que salía de VV a la caza del taxi. Por suerte encontré uno bastante rápido, subiendo por la Diagonal. Me tocó uno muy educado y que no me intentó timar con la ruta. De Punjab. 

¿Volveré al Cruïlla? Si traen un par de grupos que me gusten mucho y no haya visto en tiempo o presenten disco, sí, sin dudarlo. Es un festival medio, bastante bien organizado, con buena oferta de restauración aunque no hiciera uso de ella (mención aparte lo de no vender tíquets de comida pasadas las cuatro cuando todos los puestos tenían y seguían sirviendo a quien lo tuviera) y que te permite ver en muy buenas condiciones a quien quieras ver. 

Si alguien me acompaña para que sea más divertido, mejor. Que al final no fuimos las “mamarrachas festivaleras” que pronosticábamos que seríamos tras el concierto de Band of Horses. 


Cruïlla - Band of Horses

Este es el año de los estrenos festivaleros. No contenta con mi primera asistencia al Sónar, el viernes 11 fui al Cruïlla. 
Razón: Band of Horses. 
Un grupo al que descubrí tarde (solo conocía Funeral, que me parece que no tiene nada que ver con el resto de la discografía) pero me dio fuertecito cuando sacaron Mirage Rock, Knock knock es un pepino acelerado con uh uuuhhh uuhh uhs a cascoporro que me pone loca. Tan fuerte me dio que al ver que su gira de otoño de 2012 no pasaba por España me lié la manta a la cabeza y me alié con Núria G para ir a verlos a Utrecht. No hay crónica de aquello porque el concierto fue un martes, 6 de noviembre, y nos quedamos hasta el domingo siguiente, un día más en Utrecht (lindo) y el resto en Amsterdam, que no lo conocía y al volver, no sé. 

Aquel concierto fue en una buena sala, con su grada con sillones fenomenales y su foso para dar saltos. El cansancio del viaje (volamos el mismo día 6, y hubo que ir de Schiphol a Utrecht en tren, y luego buscar el hotel, y luego ir corriendo en dos autobuses hasta la sala) hizo que nos sentáramos en un sillón mientras esperábamos que empezara y luego ya nos dio pereza ir abajo. Creo que fue una buena decisión teniendo en cuenta que los holandeses tienen la media de altura más alta de Europa (la probabilidad del “alto que te fastidia el concierto” se multiplicaba al infinito), que BoH solo tienen un par de canciones de dar botes y que las butacas estaban llenas de parejas de sesenta años con más marcha que la mitad del aforo veinteañero de la 2 de apolo un sábado cualquiera. 
Fue un concierto bonito, con preciosos audiovisuales y buen sonido, y ellos sonaron engrasados y bien, pero lo de la semana pasada fue la bomba. 


Lo bueno de un festival con pocos grupos que te gusten es que no hay solapes y te puedes plantar veinte minutos antes delante del escenario del que sí, y aunque no pilles primera fila los vas a ver de muy, muy cerca. Eso no nos libró de alguna conversación durante las menos conocidas, pero pude abstraerme y disfrutar. Ellos estaban pletóricos y  repitieron un par de veces que se lo estaban pasando en grande y que era uno de los mejores conciertos que habían hecho. Solo diré que está muy alto en mi lista de mejores conciertos de lo que va de año. 


Otra cosa que me gustó del Cruïlla es que a todos los grupos les dan un slot de mínimo una hora, Band of Horses tenían asignada hora y cuarto, y así da gusto, porque casi pueden desplegar el mismo repertorio que harían en un concierto en sala. Que fue este, más o menos, porque lo saqué a base de recuerdos, esta creo que la tocaron, esta no estoy segura pero casi que sí, Laredo fue la tercera, e inmediatamente o poco después le siguió Is there a ghost (con traducción del estribillo hay un fantasma en mi casa al cantarla) y no tocaron Knock knock para mi desolación que no fue tanta porque el resto del concierto vibré, y no estoy segura de si tocaron Feud, porque hice mi danza watusi en un par de canciones y una podría ser esa y otra NW Apt y terminaron con The Funeral que es preciosa pero ya he dicho que siempre me ha parecido fuera de lugar y que provoque tanta euforia y lamentos fingidos y me corto las venas ahora mismo del orgasmo me da dentera. 
El orden es orientativo, en negrita las que no dudo y con interrogante las que igual deberían salir de la lista.

The General Specific
The First Song
Laredo
Is there a ghost
Dilly?
Islands on the coast
Ciggarrettes, Wedding Bands
Detlef Scherempf
A Little Biblical?
The Great Salt Lake
Marry Song
Window Blues
No one’s gonna love you
Our Swords?
Infinite Arms
Weed Party

Bises
Ode to LRC 
Factory
Feud? 
NW Apt. 

The Funeral

miércoles, 9 de julio de 2014

¡Algora campeón!



El 9 de julio de 2008 corrió la triste noticia del fallecimiento de Sergio Algora. Su corazón había dicho basta. El mío se encogió cuando leí esto de boyscout. 

En esos años mi costabravismo estaba en pleno apogeo. ¡Cuántos conciertos habríamos visto! Recuerdo algunos memorables, en La Paloma, en la 2 de apolo. Apenas hacía un año y medio que habíamos abierto este blog y dos de nosotros nos pusimos como nick una canción de La Costa Brava, boyscout ninja y Gwen Stacy. 

Aquel verano de 2008 fuimos al FIB, sin saber que sería el penúltimo. 
El lunes o el martes, volviendo en coche con la bajona, pusimos un cd que boyscout nos había grabado a todos para celebrar el verano (“nunca más vamos a ser tan jóvenes como este verano”, rezaba la dedicatoria). En algún punto entre Benicàssim y Alcossebre sonó Copas de Yate y giré la cara hacia la ventana para que nadie viera los lagrimones que corrían por mis mejillas. 


Fotografía: la he tomado prestada del flikr del Faraday https://www.flickr.com/photos/faradayfestival/sets/ Es del 2005, no fui. 

martes, 8 de julio de 2014

Vida 2014 - dissabte

Vaig oblidar-me de contar-vos a la crònica de divendres que corria el rumor pel recinte que tres fans de Lana del Rey ja feien cua a la porta. Doncs sí, allà estaven, assegudets a un marge, quan vam marxar. En fin. 

Dissabte. Abans de les dotze en peu i llestes per sortir i ser a les dos al Molí de Mar, al Vida for Musicians, que tenia com a gran (únic per mi) atractiu la presencia d’Ira Kaplan a la presentació del llibre que ha escrit, Big day coming. Vam arribar i quatre britànics donaven trucs per fer diners en aquests temps en que no es ven ni un disc. Molt interessant, sobre tot el noi de la dreta, però no van dir res (al menys l’estona que hi vaig ser) que jo no faria, i això que no m’hi dedico. O jo sóc molt llesta o la gent té menys imaginació que un conill. 

En acabat vam saber que la presentació s’havia suspés perquè una tempesta elèctrica havia endarrerit el vol de Yo La Tengo. Decepció, però ells arribaven per tocar! Vam fer el modern una estona i cap al passeig a dinar. Vam provar sort a La Sal i en vam estar. Vint o trenta minuts d’espera més tard érem asseguts a la taula al costat de Sílvia Pérez Cruz i Raül Fernandez Miró. I ens vam posar les botes, clar. 

El dinar es va allargar una mica i ens va fer arribar tard al seu concert, i això que era a un quart de nou. Estava ple com un ou, vam posar-nos darrera un arbre i vaig sentir-ne dos cançons. Però ai. Pell de gallina. Confesso que m’havia fet mandra escoltar-los i avui ja he buscat on puc anar-los a veure. I ho he trobat, quatre d’octubre. 


Els nervis per prendre posicions per Yo La Tengo van poder amb mi. Allà estava, deu minuts abans que comencessin i ho van fer amb uns altres deu de retard. Deu files atapeïdes de fans de Lana del Rey ens impedien apropar-nos-hi més, però no em queixo, bona ubicació. No he trobat un setlist decent, però us puc assegurar sense dubtar que van tocar Mr. Tough (què no donaria perquè alguna vegada toquessin Black Flowers, la que la segueix al disc...), Little Honda, Ohm (crec que va ser l’última) i Sugarcube, gloriosa, que em va fer començar a saltar i acabar desfargada, tan mona que anava jo. Un concert sorollós i delicat alhora i això potser només ho entendràs si ets fan de Yo La Tengo, i jo cada cop en sóc més, i més desprès del concert a l’Auditori l’any passat. Ja podia donar per bo el Vida, confirmació del meu amor etern a Yo La Tengo. 



Desprès, calia sopar, i ho vam fer mentre Hidrogenesse cantaven soy un disfraz de tigre, caballito, pony, yo he venido de mi casa, yo-he-venido-de-mi-casa i nosaltres feiem molta cua entre corones de flors. 

Ai, els fans de Lana del Rey, pa’echarles de comer aparte. Encara ric de dos noiets alts com un sant pau que es tapaven les orelles al concert de Yo La Tengo. 
De Lana del Rey només diré quatre coses. Fans histèrics (els de les corones de flors al cap), es van passar les primeres cançons cridant a cada acord o a cada gest gens estudiat que feia. Va fumar-se tres cigarretes a l’escenari (no té ovaris de fer-ho als USA) però el pitjor de tot és que en una calada se li va descobrir el pastel: no pots dir oh baby oh o el que digués amb la boqueta tancada que treu el fum. El moment bany de masses, abans o desprès, gràcies, que no tinc cap necessitat de veure deu minuts d’egocentrisme disfressat d’adoració als fans. I el pitjor de tot és que vaig sortir d’allà sense despentinar-me. Ni un ai al cor, (quina diferència amb Sílvia Pérez Cruz!) ni uns peus ballant, ni una emoció més enllà de l’avorriment distret (oxímoron). 

Desprès, Austra, més tecnopoperos (ui què m’ha dit), s’ho van prendre amb ganes i feien ballar, no demano més. 


Pional, o la sorpresa de què bé que canta i quina llàstima de posada en escena, clar, pobre, si ell s’ho fa tot amb el sinte i el micro, per molt bé que ho faci, i ho fa, queda deslluït. 

Paus, dos bateries enfrontades no poden fallar. Més experimental però allà van tenir-me de principi a fi. 


Els djs del final, souleros com no podia ser menys a Vilanova, i això no és un elogi. Vaig aguantar com vaig poder, i vaig poder molt que no vaig ni anar a seure a un racó, amb una musica regular. Espero que l’any que ve aprofitin l’espai inmens que tenen i plantin un dj alternatiu a La Cabana, per exemple. Vull ballar Common people al mig del bosc. 

El final de festa el vam fer diumenge a La Daurada. Sí, hi vam arribar. A Bflecha començada i a Femme i el seu pop ¡toma ya! que em va agradar més que Lana del Rey. 



Abans que comencés Pional van anunciar la primera confirmació del Vida 2015, Andrew Bird. M’espero una mica més, però a poc que li faci les vores a l’edició d’enguany, allà em tindran, a inaugurar l’estiu al costat del mar. 

lunes, 7 de julio de 2014

Vida 2014 - divendres

El Vida no és el Faraday. Es fa a Vilanova i les dates són les mateixes, primer cap de setmana de juliol, però hem perdut el mar i la intimitat. A canvi, hem guanyat un recinte més còmode i amb un bosc on les actuacions de tarda es podien seguir sense patir la solana. 

Si hi arribaves, clar. 

Divendres costa arribar d’hora si treballes i has de baixar des de Barcelona. I si no saps ben bé quin camí agafar fins a la Masia d’en Cabanyes, malgrat anar amb vilanovines! Un bus que dona voltes i passa tan ple que no para ens va obligar a a anar-hi a peu des d'on havíem deixat el cotxe, primer vorejant el poligon, desprès rodejades de vinyes que em van recordar els tarongers del FIB. 



Entrada ràpida però no donen el programa amb la polsera, “dins te’l donaran”. No veig el lloc a dins on me l’han de donar, resultat, em passo el festival pidolant programa o mirant horaris (sense escenari) al mòbil, i em perdo El Último Vecino. Malament, no costa res tenir-ne una garbereta i donar-lo al entrar. 

Bé, al gra. Encara que semblava impossible, arribem abans que hagi començat Chinarro, que ha de tocar a un escenari disfressat de barco entre pins. Puja amb un cubata a la mà i no pot fallar res. Fa broma del barco (de Chanquete no nos moverán) i de nosaltres que no les riem. Com diu Margarita, les riem, però cap endins. Concert acústic, amb la veu una mica rovellada, però té el dia tan simpàtic i recorda el concert del festigàbal de 2007 i toca Los Ángeles, Gitana, i acaba amb El rayo verde i te un cor de cotorres als arbres i tot bé. 

Cap a M. Ward, ell mateix ens l’ha recomanat, i no ho fet perque sí, el veiem córrer per l’explanada i al final del concert entre el públic. El senyor Ward no el conec gaire (de veritat que no sé d’on treieu temps per escoltar tot el que dieu que escolteu), però fa un concert impecable, mogut, amb una banda de músics como la copa de un pino. No hi ha gaire gent però crec que tots els que hi vam ser vam sortir igual de contents. Bona música que convida a ballar mentre el sol es pon, què més vols. 



Volem sopar i malhauradament això vol dir que ens perdem Timber Timbre. El sentim des de la cua dels entrepans i de lluny em fa pensar en Nick Cave i em fot bastant perdre-me’l. 

En acabat de sopar, Rufus Wainwright. No té molt quòrum, hi ha qui prefereix visitar una fira que jo xafo dissabte de passada. Rufus és Rufus i fa temps que no el veig en concert i malgrat que va sol (ell i Chinarro sense banda el mateix dia donen sensació de festival low-cost, és més barat portar-los sols) i al Primavera 2008 vaig fugir perquè anava sense banda, em captiva a la primera cançó, ens coloquem centrades, prou endavant per concentrar-te i deixar-te endur per la seua veu i la seua personalitat. També te el dia graciós i alternant piano i guitarra fa un concert rodó. No falten Want, Vibrate, Hallelujah, Cigarrettes and chocolate Milk, I don’t know what it is, i una Going to a town que em fa perdonar-li no haver tocat Beautiful child



Acaba i a l’escenari oposat comencen Cheatahs i ho fan atacant pel punt dèbil: guitarres fosques i distorsionades a tot drap i vaig cap a ells com els nens darrera del flautista d’Hamelín. No els coneixia de res, però escoltant-la ara juraria que van començar amb Geographic, que és un temazo inapel·lable. 


Hi ha molt poca gent, i m’hi vaig atansant com una papallona a la llum. I llavors veig que el bateria és moníssim i el cantant elegant i puc sacsejar el cap tant com vull i m’encanten. 



Sense treva, acaben uns i comencen els altres. Per sort no cal fer gaire cua ni pel policlin ni per les barres. Mishima presenten el nou disc i jo hauria preferit un concert festivalero, és a dir, hits. Per no fer hits crec que ni van tocar L´última ressaca, però sí Tot torna a començar i Un tros de fang (no?). Bon concert, però n’he vist que m’han agradat més. 

I els últims van donar la campanada. Archie Bronson Outfit (i vam haver de mirar el programa vàries vegades sense recodar el nom en tota la nit) ens van fer ballar com ja tocava. Descobriment bailongo del festival. Molt bons. 


Vam quedar-nos una estona al dj, però poc. 


miércoles, 25 de junio de 2014

Querido Gael

Querido gael
Esto es una putada.
Me toca ser tu padre para el resto de tu vida.
Y eso jode.
Me odiarás e idolatrarás a partes iguales.
Voy a hacer todo lo posible para que me quieras, eso que vaya por delante.
Para que me hagas caso sin que te obligue.
Para que me imites solo en lo bueno
Ya te aviso que no podemos hacer nada.
Estamos unidos por algo inexplicable, eso que llaman “la sangre”

Querido Gael
Seguramente esperabas mucho mas de mi
Es lógico, es lo que tienen las expectativas.
Casi nunca se cumplen, y menos aun con un padre, lo se por experiencia
Yo no te pertenezco a ti, tu no me perteneces a mí

Querido Gael
Solo quiero que sepas que te voy a acompañar
Que te voy a ayudar en esta pequeña aventura
En este corto periodo de tiempo que compartiremos juntos.
Disfrutémoslo.

Te quiero bebé

Octubre, 2013

domingo, 15 de junio de 2014

Incombustible

Me estoy empezando a dar miedo. Entre lo de la comunión y ayer. Parece que no tuve bastante con nueve horas de Sónar que tras un rápido paso por casa para asearme y cenar me faltó tiempo para ir a la 2. A la “Cuarta Noche de Tributos”. Les había dicho a estos dos y sus novias que iría y me gusta cumplir mis promesas. 



Esta era la alineación: 

VÀLIUS son "La nova cançó"
DOBLE PLETINA son Mecano
DIPLOIDE son 7 Notas 7 Colores
ZEPHYR LAKE son Hüsker Dü
KANA KAPILA son Kiko Veneno 
METHER & ZACKER DJS + GRAHAM

Así estaban en el cartel, pero abrieron Doble Pletina y me los perdí. No me dio mucha pena, la verdad sea dicha, porque nunca me gustó Mecano. 
Llegué a la última versión que Kana Kapila hacían de Kiko Veneno y muy bien. 

Los siguientes en subir al escenario y arrasar como un vendaval fueron Zephyr Lake con unas versiones de Hüsker Dü que ¡marededéusantíssim! ¡Qué energía, que desgarro vocal, que guitarrazos, qué todo, qué manera de que se me viera el plumero con lo del Sónar porque cuánto pude sacudir la cabeza con su corta actuación! 

Después Vàlius tributaron a la nova cançó, los vimos de lejos pero la chica que salió a hacer la versión de ¿María del Mar Bonet? lo hizo de poner los pelos de punta, y a ellos el Diguem no les quedó muy bien, por mucho que a mi me chirríara el “nUsaltres no som d’eixe món”. Cosas de catalana de ponent de dalt. 

Los últimos, Diploide haciendo de 7 Notas 7 Colores, los que menos me interesaban, por mi poca afición al hip hop, no por ellos, pero bien, mantuvieron el tipo y mi interés. 

Nos quedamos un rato con las primeras de Graham y a las tres para casa. 


¿De dónde saco la energía? 

Señoras que van al Sónar

Mi primera asistencia al Sónar bien merece una entrada. Aunque fuera al de día. 
Vaya por delante que el grupo que más me gustó fue Whomadewho, que es un grupo con guitarra, bajo y batería. Aunque lo pasé bomba con Kid Koala, un chaval muy simpático pinchando con tres platos. Pero por partes. 

Llevaba días rumiándolo, que estaría ir bien alguna vez. Por verlo. Para poder hablar/criticar con conocimiento de causa. El jueves me pinté las uñas y me entraron unas ganas locas. Me decidí y compré la entrada el viernes a las dos. La idea, ir con los Slim, que llevan lustros asistiendo y en los últimos años se han especializado en el sábado-día. 

Así que ayer sábado, a las doce, bajo la torre veneciana de la izquierda, como siempre. El plan es llegar pronto, pasear por la feria, ver las instalaciones artísticas, salir a comer, y pasar la tarde hasta que nos echen. Dit i fet. 

¿Modelito? De mamarracha excéntrica no me voy a disfrazar, que no me disfrazo ni en carnaval. Estuve unos 10-15 minutos probándome vestidos y faldas para aceptar que, o bien con los tres kilos que he cogido no me entran, o bien los que me entran no son muy de sónar. Pantalón fresco y blusa que podría llevar al trabajo (que llevaré al trabajo) y a petarlo. #señorasquevanalsónar

A las doce y veinte ya estábamos dentro. No entraba tan pronto a un festival desde Escalarre'96. Las Maris llegarán más tarde. Coger programa, confirmar horarios, primera cerveza. Rayo-60 hace sus cosas con maquinitas, una especia de maraca-sonajero y su garganta emitiendo sonidos de agua yéndose por el desagüe. Una de las canciones diría que usa una base de Sigur Rós, o se le parece mucho. Está bien, pero nos movemos. 

Entramos en una instalación en el SónarPLANTA, unidisplay de Carsten Nicolai. Una pantalla audiovisual gigante y alucinante. Lo mejor de todo, estamos un rato solos. Fotitos, explicaciones del ingeniero referentes a las senoides, y al sol. 



Esto es una senoide.



Nos hacemos foto tonta disfrazados. Vamos a la feria, paseo sin más. 

Vallès se encargan de poner música un buen rato y le dan fuerte a los beats. Los más animados, o que vienen de empalmada, bailan. 

Nos hacemos una foto molona. 



Salimos a comer y a la vuelta entramos al SónarHall a Roll the Dice, que los había escuchado y parecían tranquilos y bien, pero estaban metiendo una tralla no apta para cuerpo-mentes en digestión. 

Probamos a subir a Despacio, la historia de James Murphy + 2ManyDJs. Hay cola, nada grave, pero arriba está hasta la bola, hace calor, y aunque lo que están haciendo, ¿escondidos? es molón, aquello parecen las cuatro de la mañana en una discoteca en lo mejor de la sesión, la incomodidad física nos saca de allí. 

Casi ya es la hora de Neneh Cherry y allá vamos. Al SónarHall de nuevo. Cuatro canciones vi. Porque canta muy bien y las canciones eran chulas, pero tranquis, y yo había ido por el jiji jaja. Me planteé quedarme sola pero no me estaba enganchando tanto. Así que a las cinco y media, para fuera. 

Kid Koala. Qué grande. El pavo con un disfraz de koala en el que no sé qué temperatura alcanzaba y sin parar de dar saltos y correr entre la mesa con tres platos y dónde tuviera los discos. Con tres bailarinas cabareteras animando algunas canciones. Bajando al público con un cacharrito en las manos. Lanzando matasuegras. Organizando concursos de matasuegras con algunos del público que se atrevieron a subir a hacer el ridículo. Un espectáculo divertidísimo y bailongo. 

En cuanto acaba entramos en el SónarDôme, el otro recinto cerrado que nos faltaba, a Dâm-Funk, recomendado por otros artistas. Bueno, pues qué quieres que te diga, igual me fui muy pronto (dos temas), o ya me perdonaréis la ignorancia, pero a mí me pareció que estaba poniendo canciones, soul del bueno, sí, pero vaya, ¿sin mezclar? ¿sin nada? En teoría era “live” y no “dj”. Decepción. Para fuera. 

Y para dentro. Audion en el SónarHall. Technaco del bueno, trotón. Allí nos quedamos un buen rato. 

En las idas y venidas, DJ2D2 en el SónarVillage para que tú lo bailes. 

Son ya las siete y media de la tarde, y bien. Empiezan Whomadewho y mejor. No pretendo engañar a nadie. La electrónica es lo mío sólo a ratos, o mezclada con instrumentos, o en propuestas muy concretas. Dame guitarras, bajos y batería y unos tipos tocando canciones. Eso eran Whomadewho. Que las canciones tienen ritmo bailón, bailemos. Satisfaction, el jit y la única que (re)conozco, tocada con unos graves gordacos y el público coreando y levantando brazos. 

Allí nos quedamos, al fresco, con DJ Harvey que ni chicha ni limoná y hablo por mí, los Slims y las Maris disfrutaron y se quedaron con ganas de más, hasta que pasadas las nueve y media nos echaron. 

Lo mejor: ¡es un festival! El césped-moqueta, las barras, rápidas, el público, majo, el ambiente casi de feria de pueblo (matadme), el transitar de acá para allá, el vestuario de la gente. 

Lo peor: los policlines bajo techo, su inconfundible hedor reconcentrado, y que sólo haya un escenario al aire libre, a la electrónica le van los sitios cerrados y oscuros y la solana puede ser implacable, pero prefiero que me despeine la brisa. 

Lo que queda: ganas de haber visto algunas de las cosas que había por la noche este año: Lykke Li, Robyn, Caribou y Chic (los que más) y Massive Attack (los que menos porque ya los gocé en los 90) y ganas de, quizá, probar el Sónar de noche el año que viene y ver sus gremlins.