lunes, 30 de septiembre de 2013

No creo en las casualidades



Son “causalidades”, pero casi nunca sé qué quieren decirme. 

El sábado por la mañana terminé un libro maravilloso de cuentos de Alice Munro, Odi, amistat, festeig, amor, matrimoni. Es el primer libro que acabo desde mayo. Yo antes molaba y me acababa los libros ordenadamente, de vez en cuando podían coincidir un par de títulos, tres máximo, si uno de ellos era especialmente denso. Este año he empezado al menos cuatro que se han quedado a medio camino. No están descartados, no aún. Se apilan en la mesita de noche. Los iré leyendo, porque son buenos, algunos muy buenos, pero algo pasa que me hace saltar a otro. ¿Será que ya estoy irremediablemente intoxicada por los hábitos 2.0, no más de quince minutos de atención a cada cosa? Espero que no. Hay esperanza. 

Hay esperanza porque por la mañana terminaba un libro al que solo le he sido infiel porque me llevé otro de viaje, y si hice eso era porque le quedaban veinte páginas y no quería llevarme dos. Y por la tarde me planté en la FLIA - Fira de Llibres Independents Autoeditats, a acreditar mi condición de fan nº 1 de Lindero Libros. No solo les compré los dos fanzines que no tenía aún, también di una vuelta. Mucho fanzine bonito, pero me tira lo que me tira y acabé hojeando libros en la parada de LaBreu Edicions
Este me llamó la atención. 

Leí la contraportada y el índice, escogí un cuento. Leí dos párrafos. 12€, me lo llevo. El vendedor (y probablemente, uno de los editores), solícito, me pregunta si conozco la editorial, -no-, la colección, -no-, el autor, -no-. Mis tres escuetas negativas le hacen agachar la cabeza, mustio, y querer limitarse a cobrar, pero córcholis, es una feria, cuéntame, soy toda oídos. 
Me dice que el escritor, David Bezmozgis, es discípulo de Sergei Dovlatov, que ambos estaban publicados solo en castellano, y que en esta colección les publican por primera vez en catalán. Me da algún detalle más de Dovlatov y Bezmozgis pero no hace falta, ya he añadido un libro del primero a mi compra, no el que me dice que es el más conocido (La maleta) sino el otro (El compromís), me la juego (uy, sí, cuidado). 

Yendo para casa le doy vueltas a algo. Un libro que compré el año pasado, antes del viaje a Roma. Compré tres, el de Enric González, Todas las historias y un epílogo, (que contiene las Historias de Roma, aunque ese ya lo tenía), uno de Niccolò Ammaniti, Que empiece la fiesta y sí, vaya, el otro era El mundo libre, de David Bezmozgis. 


Valga decir que antes de la visita a Roma solo me leí el de González, resultó muy útil. 
El de Ammaniti me lo leí, meses después del viaje, casi en dos sentadas, la de ida y la de vuelta, de un viaje a Lleida en el que reír como me reí fue providencial, sobre todo a la ida, para calmar la ansiedad. A carcajadas, oigan. 
Quedaba el de Bezmozgis, que guardaba cola en el estantería de los libros por leer, he perdido la cuenta.  
El sábado por la noche empecé el que había comprado en la feria. Leí dos cuentos antes de que se me cerraran los párpados. El domingo me leí los otros. Todos. Libro finiquitado. 

Ah sí, las casualidades causales: Bezmozgis es letón, pero se crió en Toronto, y allí basa el libro de cuentos que he leído. Alice Munro es canadiense, y la mayor parte de los cuentos de Odi, amistat, ... están ambientados en Toronto. 

Anoche empecé El mundo libre. Me pulí 50 páginas, pim, pam. Creo que este no lo abandono.

2 comentarios:

el inquilino gruñonista dijo...

La casualitat causal seria correcte si anessis de vacances a Toronto, no?

Gwen Stacy dijo...

Suposo, però no ho tinc clar del tot...