domingo, 30 de septiembre de 2012

The Jayhawks


A veces un concierto es simplemente la mejor manera de pasar un par de horas. 
The Jayhawks son una de esas bandas a las que muchos hacen referencia, incluso es probable que tengan la suerte de ser el grupo favorito de alguien, pero no creo que puedan presumir de lo que dice su canción Big Star. Y es una pena. 
Hacen canciones country-rock redondas, y sus armonías vocales a tres o cuatro voces son perfectas. Los primos sureños (aunque sean del norte) de Teenage Fanclub. O Teenage los primos escoceses de The Jayhawks.  
El martes, tras un fin de semana de Mercè y su BAM, Boyscout y yo (y mi tos) nos metimos en un Apolo lleno a reventar, para escuchar y ver a una banda de músicos como la copa de un pino (me repito). Aunque ya empiezo a no bajar la media, pocos había de menos de treinta en la sala, y aún podía contarme en la franja baja del espectro de edades. 
Empezaron tan puntuales que entramos a la mitad de la primera canción, maldita cola, pero poco importó porque teníamos por delante un largo concierto. Cediendo el protagonismo a Mark Olson, Gary Louris estaba a un lado, y ha debido hacer un pacto con el diablo porque conserva intacto su atractivo. Gary Louris, Gary Louris, ¿para cuándo una gira de Golden Smog?
El éxtasis de Blue llegó pasada la media hora y Big Star no la tocaron y no puedo decir qué tocaron y qué no, pero salí de allí conmovida, y eso, en los tiempos que corren, es mucho. 

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