domingo, 24 de junio de 2012

Mikal Cronin @ la 2 + Julia Holter @ Sidecar

La culpa fue de Margarita.
Queríamos quedar a tomar algo, pero cambió el plan por un concierto en la 2, "unos chicos que están muy bien, hoy hay un montón de planes en la ciudad y hay que aprovechar". También mencionó que Julia Holter tocaba en Sidecar. Yo recordé que Brokenjarta iba a verla en el DDM12 y/o en Lisboa.
Un youtube de cada uno me hizo votar Julia Holter, pero Margarita es una caprichosa a la que tengo muy consentida y acabamos en la 2.
Sorpresa, al pagar nuestras entradas nos ofrecen doblete: si vamos con la entrada sellada a Sidecar después del concierto, podremos ver a Julia Holter a mitad de precio. ¡Bien!
No es que las salas barcelonesas estén tirando la casa por la ventana. Es que con la dura competencia del concierto de Portishead en el Poble Espanyol, algo había que hacer.

Poca, muy poca gente en la 2, pero qué gusto ver un concierto relativamente cerca y a tus anchas.
Llegamos justas y solo pudimos disfrutar de dos canciones de Univvers. Al loro con ellos, directo shoegazer impactante, sorpresa. En su bandcamp puedes descargarte una canción.

Impuntual salió Mikal Cronin con tres chavalitos y la liaron. Garage, shoegaze, powerpop, yo qué sé, ¿vuelve el grunge? ¿el grunge era eso?
Me pasé el concierto sin aspavientos pero sin dejar de mover un pie al compás y sacudir la cabeza levemente. Hubo quien intentó hacer crow-surf (estamos pesaditos con el tema, ¿eh?), alma de cántaro, ¿no ves que con tan poca gente pasa lo que pasa y te pegas un costillazo tras cuatro manos? pero chorradas aparte, mantuvieron nuestra atención durante la hora corta que tocaron. Y fui capaz de reconocer un par de canciones que apenas había escuchado vez y media por la tarde. Apathy (muy grunge), Get along (más surfera), Again and again. 
Me da que oiremos hablar más de él / ellos, quizá no, nunca se sabe, pero el viernes dieron un concierto contundente, animado y honesto, que es bastante más de lo que ofrecen muchos.






Al terminar, cruza el Raval por Nou de la Rambla hasta Sidecar. En su línea, eran casi las diez y media y no había empezado. Esta vez me alegré. 
Menos gente aún que en la 2, aunque parece que los que estaban allí sabían a qué iban. Nosotras no. 
Julia Holter es una tipa guapa, muy guapa, que canta bien, muy bien. Tan guapa que el público era mayoritariamente masculino y babeó de lo lindo durante todo el concierto. No es una crítica o un reproche, solo la constatación de un hecho. Hecho comprensible. 
No hice fotos, solo se habrían visto sus ojos asomando por encima de alguna calva. 



Acompañada de un chico a la batería y una chica a los ¿teclados? no lo vi desde donde estaba, ya sabéis cómo es Sidecar, ella a los teclados y a la voz. Pasamos de la energía juvenil a las atmósferas reposadas, a la magia y la delicadeza de unas canciones que seguro que en la iglesia en la que tocará en Lisboa la semana que viene se disfrutan más que en una sala con el techo a un palmo de tu cabeza.
In the Same Room debe ser el hit, ¿no? Porque está sonando mientras escribo esto y sé que la tocó. Y os digo que es preciosa.

Resumiendo y acabando, una noche redonda, el "llévese la segunda unidad a mitad de precio" se aprovechó con ganas.


viernes, 22 de junio de 2012

St. Vincent


St. Vincent es un nombre un poco raro para un ¿grupo? liderado por una chica. Vaya, que St. Vincent es Annie Clark con algunos músicos que la acompañan en directo.
Olvida lo que puedas escuchar por ahí. Strange Mercy es un disco que calificaría casi de atmosférico.
En directo enloquece. Hace el baile de la garrapatilla, que es una suerte de Chiquito de la Calzada dando saltitos "no-puedorrl" hacia atrás pero erguida y con taconazos. Rasga la guitarra jurando por Metallica. Incluso se lanza al público al final del show y su "crowd-surfing" acaba en "pilar de dos amb folre i manilles". Incluso da las gracias a los que la han magreado, entiendo que por no haberla dejado caer al suelo. ¿O no?
Todo eso sin dejar de cantar con una voz portentosa a la que no le tiembla una nota.
Conozco solo algunas canciones: Cheerleader que toca la segunda, Cruel ya avanzado el concierto, Surgeon inspirada en Marilyn Monroe, segun dice ella misma en la presentación que le chafa un guiri gritando el título. Le molestó, la delató su nariz arrugándose.
Hizo una versión o era al revés, de una canción de The Pop Group (sí, los que tocaban en el ATP justo antes de la sesión fin de primavera). Ahí, o justo después, fue cuando saltó.
Pasé del asombro a la admiración declarada. Del no entender nada a comprender que no había nada que entender, sólo disfrutar del sudor, el ruido y la pasión.




domingo, 17 de junio de 2012

Viajeros al tren

Pasajeros del AVE
Ida,  viernes por la mañana: Los amantes
El asiento de delante mío, hombre de mediana edad con anillo de casado, está en el tren por trabajo. Justo antes de la hora de salida, llega una chica, se sienta a su lado y le da un beso furtivo. Primero pienso que es su pareja, aprovechando que a él le toca viajar en viernes, ya aprovechan y se quedan a pasar el fin de semana fuera. Pero...ella no lleva anillo, trabajan juntos y cuando dicen por teléfono a algún compañero "sí, mira que ponernos una reunión tan lejos y en viernes, que tenemos que volver mañana...Mira, què hi farem..." no acaba de sonar del todo convincente...
Vuelta,  sábado por la tarde: Las niñas bien
Llegan justo cuatro minutos antes de la salida del tren, las máquinas de autocheckin no funcionaban demasiado bien. Son dos chicas con stilettos y bolso Givenchy y no pasan de 26 o 27 años.
 "¿Has llamado a tus padres?", "Todavía no me ha dado tiempo, ahora". "Mamá, estaba en el gimnasio y me ha llamado Didi, que si me iba con ella a Barcelona a ver la final de baloncesto. He ido a casa, y nada, me he puesto cualquier cosa y acabamos de sentarnos en el AVE". 
Nada, como quien coge el cercanías para ir a 20 km. "Tengo que cargar el iphone, me estoy quedando sin batería. Uy, ¿dónde están los enchufes? Si en preferente sí que hay". Era la primera vez que iban en turista, y hablando del poco cash que tenían, suerte de la Visa Oro que las sacaba de apuros, como  pagar un billete que les debía haber costado casi 200 euros.

sábado, 16 de junio de 2012

Las calles son nuestras

Llega el verano y nos quitamos las camisetas

viernes, 15 de junio de 2012

Mundo viejuno - The Stone Roses

La reunión de The Stone Roses, en un todo-por-la-pasta-tour sobrexcitó a muchos cuando se anunció que iban al FIB. Vendieron entradas a porrillo en cuestión de minutos en su Madchester natal, y cuando en primavera anunciaron un par de shows en Razzmatazz creo que las entradas volaron en un santiamén. A 55 eurazos, señores. Más gastos de distribución, que me imagino fueron del orden de 5 €.

Desde aquí confesamos que hasta la aparición de David Getta en el cartel hubo serias amenazas de asistencia intersimbólica al FIB del Fin del Mundo.
Luego vi a la vez el anuncio de los conciertos en Razz y el precio de las entradas. ¡Sí, hombre! ¿Casi 10.000 pelas por ver a una banda que la última vez que vino, 1995, ya estaba pasada?

Sí, durante muchos años he dado envidia malsana a todos los que no vieron a Stone Roses cuando tocaba, en los 90. Mis amigos ingleses, que en teoría habrían tenido más oportunidades que yo. Mis amigos de aquí, que por lo que fuera se perdieron el concierto en Zeleste. 8 de mayo de 1995, 2.700 ptas.


Un mes y 17 años más tarde, han vuelto a la misma sala para arrasar según unos, ser patéticos según otros, ante un público mayoritariamente inglés, podemos suponer que aquellos que como mis amigos, se los perdieron en su día.
Tanto da si fue conciertazo o trámite. La predisposición a pasarlo bien es lo que cuenta, y seguro que de eso sobraba.

Pero lo cierto es que el concierto del 95, por mucho que me haya autoengañado todos estos años (y lo seguiré haciendo dentro de un tiempo, no os quepa duda) y lo haya mitificado, no fue un buen concierto. Recuerdo poco, si escribí algo en mi diario no lo tengo aquí para revisarlo, pero no sonaron bien, el sonido de Zeleste por aquel entonces era infame, y tocaron con desgana, debían andar ya medio enfadados unos con otros. Probablemente el setlist fue muy parecido al de estos dos conciertos. Seguro que no faltaron Made of Stone, I wanna be adored, She bangs the drums, Elephant Stone, Waterfall y I'm the resurrection. Me hizo mucha gracia leer en este artículo de Xavi Sancho que I'm the resurrection "empieza como un trueno y acaba como una ventosidad". Será porque los ingleses (no creo que fuera una broma privada de mis amigos) tienen su particular versión escatológica de la canción. Solo me sé un par de estrofas, pero dice algo así como "I've got constipation and I've got the fart". Y sigue...
Que me pierdo... Eso, que me lo pasé en grande hace 15 años en Zeleste como se lo pasarían en grande los que llenaron el Razz la semana pasada, pero segundas partes (casi) nunca fueron buenas, y si las primeras ya eran deficientes... dejarse 60 € en estos tiempos me parece una heroicidad o una estupidez, aún no lo he decidido.


domingo, 10 de junio de 2012

Cursa La Maquinista

Vet aqui una cursa que encara no havia fet, l'any passat coincidia amb el Faraday i la calitja del juliol. Suposo que per això l'han avançat, per la calor, i per omplir el buit al calendari, que al juny no n'hi ha cap a Barcelona.La part maca que cal comentar és el lema de la cursa: Cursa per la integració. Practiquen amb l'exemple: el noi que em va donar el dorsal tenia una discapacitat física, amb tota la pinta de ser deguda a la talidomida. I a mes, corren, i guanyen, oh i tant! Tots tenen premi en acabar.


El meu lema podria ser "pahabersematao".El recorregut és força pla, però amb desnivells de tant en tant, i es fan dos voltes. Això vol dir que entre el km 3 i 5 se't tiren a sobre els que ja estan fent del 7 al 10. La meteorologia s'ha mig comportat, xafogor però ennuvolat, podia haver estat pitjor. 

Sense córrer (ni anar al gimnàs, i no, els kilòmetres al Fòrum durant el Primavera no compten) des de feia dos setmanes, i amb un “entrenament especial” ahir a base de picnic de menjar hipercalòric i güiscoles a dojo (Pingu, l’Inquilino i jo estàvem “on fire”), haver agafat fred i dormit sis hores escasses, l’objectiu era acabar la cursa dignament. He sortit prou bé, tenia la sensació d'anar lenta, però si accelerava m'ofegava massa ràpid i em tornaven a passar al cap de res els que havia avançat, així que he decidit moderar el ritme. Sí, sí, supermoderada. Ofegada i assedegada, qui em mana a mi fer els primers 5k en 30:54? I clar, a la segona volta, encara que amb la set apaivagada, a patir. Confesso que un parell de vegades he caminat uns metrets, aprofitant que m'havia de mocar. Però he sigut capaç d'accelerar els darrers metres i fer una entrada a meta, gairebé jo sola (ui ui ui els vídeos) a tumba oberta, que en el meu cas vol dir a menys de 5:50. El que dic, "pahabersematao"!!!

Analitzant els resultats, malgrat haver afluixat en la segona volta, que l'he fet en 2 minuts més que la primera, he estat capaç de remuntar posicions tant en la classificació general com en la classificació per sexes i per categoria. Així que, "olé yo"! 

Rayuelo, com que s'ha oblidat el xip a casa, no té temps oficial, però compta que ha fet la cursa per sota de 55' i em treuria el barret si en portés!!! Per ell, també, "olé tú"! 

El cantante de Nudozurdo

Se llama Leo Mateos, pero probablemente no lo sabías, ¿no?
Igual que yo, que lo supe cuando me metí el lunes en la web de l'Heliogàbal a comprar la entrada. Brokenjarta, oportuna y a la última como siempre, me dijo el domingo, entre Yann Tiersen y Richard Hawley (solo hace siete días y parace que haya pasado una eternidad, ¿sí o no?) que tocaba el viernes.
Entradas a precio apañado, y al lado de casa, ¿qué más se puede pedir?
Pues se puede pedir que llegando apenas veinte minutos antes no haya nadie, y nadie es nadie, en la sala, y nos podamos sentar como reinas en los silloncitos rojos de la primera fila. Yo, que siempre he llegado a l'Helio una hora antes y me he tenido que empotrar detrás de la columna y mirar solo con un ojo, y a ratos.
Al final se llenó, y hubo quien tuvo que conformarse con la columna y la visión de cíclope.
Leo salió cinco o diez minutos tarde, pasó delante nuestro dando un rodeo al mircófono, se sentó, miró con timidez, se encontró con mi mirada aun más tímida y dijo, "Hola" con una media sonrisa. De igual forma le contesté, de tímida a tímido. Es lo más cerca de groupie que habré estado jamás.

Él mismo explicó de qué iba la cosa. Tocaría canciones de Nudozurdo que ha compuesto él mismo en formato guitarra y voz. Antes de pasarlas por la trituradora de la que salen reconvertidas en muros de sonido. Dijo que admiraba las composiciones que se defienden en este formato, cosa que siempre he pensado y no descubro nada, que si una canción es buena con guitarra y voz, mucha producción morrallera le tienes que meter para que sea un bodrio.



Vamos allá, ¿no? Tenéis el setlist aquí, yo lo tengo en casa, jeje. Habla por si solo, aunque seguro que cambió algo, y al final quitó canciones, se estaba alargando demasiado.
Desnudas, con la guitarra punteada, y la voz que a frases era un hilillo susurrante, conseguían poner los pelos de punta.


Lo mejor, ver como esbozada una media sonrisa de satisfacción al acabar las canciones, al oír como soltábamos el aire que habíamos estado reteniendo.
Presentó alguna canción, creo que fue en El hijo de Dios que explicó que era la canción para destrozar en cada concierto, puesto que siempre la tocaban distinta. Presentó también Chico Promo que formará parte de un EP con cinco canciones, descartes de "Tara motor hembra". Se puede escuchar aquí. En l'Helio la escuchamos a trompicones, no sabía cómo tocarla, o cantarla, "es que es nueva". Risas y aplausos, y otro trompicón, y los papeles al suelo, y la acabo como me da la gana. Dí que sí.

En cuanto terminó el concierto decidí no alejarme mucho del caos de folios, a ver si podía conseguir alguna canción. Aunque fuera en un folio impreso en Times New Roman a 12. Poco después, con él de vuelta al bar, una chica más valiente que yo se lo pidió. Se acercaron, y se llevó un par de canciones. "Yo también quiero una" acerté a decir con una vocecilla que no oyó. Repetí, y al fin me oyeron, él y la chica. "Te dejo Mil espejos" "Gracias". Acaba en mis manos el paquete entero de canciones y me pongo a elegir. Como si cambiara cromos. Tengui, falti, ostia, ¡el setlist! Me quedé dos, Mil espejos y Kamikaze y el setlist, con su permiso, claro, y con dedicatoria en Mil espejos: "Mi primer concierto acústico y salió bien... qué bien que estuvisteis! Amor Leo".

lunes, 4 de junio de 2012

Primavera Sound 2012, fin de fiesta de verdad

Al Primavera Sound aún le quedaban los últimos coletazos, en Arc de Triomf y en Apolo.
El día se levantó medio gris y más fresco, para contrastar aún más con los tres días espléndidos que nos regaló la meteorología. A la hora de salir de casa cayó un chaparroncillo, pero nada del otro jueves. ¿Para qué están los paraguas?
Bajé hasta Arc de Triomf dando un paseo, al llegar a Tetúan ya se oía el dum dum rítmico del concierto de Joe Crepúsculo. Avancé por el paseo en busca de mis amigos, que estaban "donde el miércoles" pero claro, el miércoles yo no fui.
Fui bajando, y no hizo falta recurrir al móvil, estaban en la derecha, donde siempre vamos.
Crepus perpetraba la última canción, gracias a dios, Brillante, claro plagio de Getting away with it de James.

Nacho Vegas empezó no muy puntual, creo, no sé para qué cambiar los horarios si luego hay retraso. Estábamos muy lejos y pasaban demasiados servesabier-mojito (hay que ver cómo saben adaptarse a las exigencias del mercado) y gente, gentuza también, para arriba y para abajo, como para poder disfrutar de la música corta-venas de Nacho-que-guapo-es. Pero se trataba de airearse y aplazar hasta el lunes la bajona post-primavera. Dedicó Dry Martini SA a los mossos, "esa gente que se crece en las distancias cortas". A pesar de lo grosero de la dedicatoria (SA = sexo anal) la canción tiene una frase preciosa ("el aire, quererte es intentar atrapar con las manos  el aire "). Tocó El hombre que casi conoció a Michi Panero que por mí bien habría podido cambiarla por Dias extraños, o En la ardiente oscuridad, con solvencia pero sin mucho encanto. O sería el sitio. Y la gentuza.

Y los chicos guapos que se refugiaron bajo nuestro paraguas cuando cayó la del pulpo, la primera. Porque cayeron varias, pero la primera fue gorda. Teníamos cuatro paraguas y nos metimos veinte debajo, y no eran paraguas de pastor. Todos ahí arrimadicos, queriéndonos mucho, por el interés, claro, y el chico guapo que me había distraído toda la tarde apretado detrás mío, hasta que se mudó dos paraguas más allá.  Mecachis. Me lo cambiaron por un argentino, que se colocó delante, muy guapo también pero lo sabía demasiado.

En fin, Yann Tiersen. Un mar de paraguas me impidió ver cuántos músicos había en el escenario y cual de ellos era Tiersen.

Tocó un repertorio alejado de las bandas sonoras, y si no hubiera sido por la lluvia, el día y la hora aquello podía haber sido un fiestón. Me encantó, bien tocado y con ganas de hacernos bailar. Sé que tocó Monochrome y hasta ahí llegan mis conocimientos.

Cuatro chaparrones y dos latas Estrella Damm desinfectadas con toallitas refrescantes Nenuco después, salió, por fin, Richard Hawley. En silla de ruedas. Con la pata quebrá. Como eso no lo habíamos visto (nos enteramos más tarde por el Barón, que había ido a primera fila a volver a enamorarse de la baronesa, bueno, como siempre, en su bucle) estuvimos a punto de tuitear chanzas a lo indiescabreados, "vamos Richar, sal a bailar".

De nuevo, no era el sitio ni el lugar, y aunque se había vaciado, y mucho, después de Yann Tiersen, y aunque a los guapos hacía horas que no los veía, apenas si pude prestar atención durante The Ocean y Tonight the Streets are ours. 


Acabó y entonces sí, bajona ven a mí. 

domingo, 3 de junio de 2012

Primavera Sound 2012, fin de fiesta

El fin de fiesta con dj Coco merece su entrada propia, se lo ha ganado a pulso.
Salvo el año pasado con las astracanada de los fake-Beatles (que tuve la suerte de ahorrarme casi en su totalidad por haber ido en busca de una copa) dj Coco lo peta. 
Programado a las 03:00, empezó un poco más tarde en un escenario vacío, con su mesa en el centro rodeada de vallas. 
Empezó con un tema shoegazero que el Inquilino sabrá de quien era y luego pinchó cuatro o cinco temas de esos rocanroleros que tanto me gustan para cuando me quiero ir a casa. De cuando en la 2 les matarías, vaya. Empecé a tuitear, por aburrimiento: 


Hubo quien no aguantó, poca paciencia o pocas ganas de aguantar tonterías o pies demasiado doloridos. 
Por mi tuit no fue, pero al final llegó French Disko de Stereolab a salvarnos la noche. 

No hay foto porque nos pilló desprevenidos, pero al confetti tamaño extra-large le precedió una lluvia de cintas amarillas y naranja que tejieron una telaraña mágica en el cielo del ATP provocando gritos de sorpresa como si fuéramos niños en un circo. 





Hubo invasión de escenario, y se pudo ver a Albert Guijarro marcándose unos bailecitos. Y a Coco le hicieron una conga.


El de la derecha, de los calzones de topos (sí, son cortos, damos fe) tuvo sus quince minutos de fama con una córeo jaleada por los chicos de Odio París (o eso creía yo, que uno o varios de los de la izquierda de la foto eran ellos, pero les envié las fotos y aseguran que no son)


Durante más de dos horas y media, al menos, no todo fueron temazos, pero casi. El Barón y yo comentamos con sorpresa que nadie bailaba Monkey gone to heaven ni Kool thing (Pixies y Sonic Youth ¡por dios! ¿no os enseñan nada en el colegio?) y bailé con regocijo lo que no estaría mal fueran fichajes para el año que viene, a saber, Upon this tidal wave of young blood de Clap Your Hands Say Yeah, y Wolf like me de TV on the radio (en la que enloquecí como suelo).

Sin darnos apenas cuenta el sol ya había salido, objetivo cumplido, un año más. Ya en la cuesta sonó Suspicious Minds y a la Baronesa casi le da un patatús de la emoción y claro, nos tuvimos que quedar, bailarla y cantarla con lo poco que nos quedaba de voz. 
We're caught in a trap, I can't walk out, because I love you too much baby... 




Después de eso y con los Beastie Boys (creemos) escupiendo furia, nos encaminamos a la salida. Había un cordón de mossos impidiendo el paso hacia el ATP que no acabé de entender. ¿Era necesario? ¿Mossos?

Y para poner el broche de oro a un Primavera más el cielo nos regaló un precioso amanecer. (Esto ha quedado muy cursi pero ustedes sabrán perdonarme)

Thank you for coming. See you next year. 
                        (con permiso de los mayas)


Primavera Sound 2012, sábado

No, no llegué a las cinco. A Veronica Falls, empezados, y gracias.
De camino al escenario Mini con Margarita "recogemos" al Inquilino y Cafeína, que van caminando delante nuestro, y más adelante a Rayuelo.
Es la única caminata que me gusta, la de primera hora, cuando caminar hacia un horizonte difuminado a partes iguales por el sol a contraluz y el polvo tiene la ilusión por lo que está por venir intacta.
Veronica Falls, no recuerdo si llegué a verles en el Primavera Club, triunfando con su pop-rock guitarrero de armonías vocales, tan noventas. Perfectos para empezar el día


De regreso a la civilización, pasamos al lado del ATP y suena tan bien que nos acercamos. Solo nos da tiempo a escuchar la última canción de Sleepy Sun, oirles despedirse diciendo que son de San Francisco y triunfar.


Nos viene de camino y vamos sobrados de tiempo, así que nos paramos a lo que queda (bastante) del concierto de Lisabö. Descargas de ruido de las que quitan el aliento. Atronador e hipnótico a la vez.


Por fin llega la hora de la primera cita ineludible de mi excel: Atlas Sound. Reconozco que tengo debilidad por ese chico alto y desgarbado, que en un lejano Primavera Club, tocando como Deerhunter, anunció que era el último concierto "in a few years". ¡Menos mal! Con banda o sin ella Bradford Cox es el Shellac del pop, y yo que lo disfruto. Concierto en modo superfan, empezó con lo que creo que fue un estándar country para ya arráncarse con Te amo, alargándola hasta el infinito. Angel is Broken, The Shakes, Amplifiers, un barco, y acabar el concierto con Mona Lisa. Simplemente redondo. Perfecta ensoñación.


Volvemos al Mini, aún dudando de si no debería estar en el Ray-Ban. Beach House han sacado un discazo y su directo, si te atrapa, te deja ko. Pero no nos atrapó, aunque la culpa no fue suya. Conciertazo en un escenario demasiado grande, o te plantas bien delante o todo se desdibuja. Oímos cuatro o cinco canciones, hasta hits: Norway, Lazuli, y nos fuimos al son de Silver Soul.


Dominique A estaba dando un conciertazo en el Ray-Ban. Llegamos a tiempo de escuchar cuatro o cinco canciones, y dios, vaya si valió la pena. Sentimiento a flor de piel a golpe de guitarras, en una casi lloro de emoción. Brutal. Le acompañaba una gran banda, y él lo dio todo, incluídos los agradecimientos en castellano. Conciertazo. Maldigo cien veces a la organización por progamarlos juntos.


En cuanto acabó, recompuse mi alma, recompuse mi bolso (se rompió y tuve que comprar otro), nos despistamos y cuando llegamos a Saint Etienne, Sarah ya estaba en el escenario cantando Like a motorway. Elegancia tecno-pop. Only love can break your heart, Tonight, Who do you think you are, When I was seventeen y todos bailando sin el estilazo de su corista (de mayor quiero ser como ella). Terminan y no puede ser, no pueden irse sin tocar He's on the phone (para mí She's on the phone, qué manía). Susto que dura poco, los bises no son habituales en los festivales, pero salieron y aun me hicieron sufrir otro poco, porque fue la segunda y ya sí última canción del set. Qué grande cuando todo el público baila desenfrenado brazos en alto.


Hasta Justice, división, yo me fui con Margarita a Yo la tengo. Tuvimos que ir muy muy delante para esquivar las conversaciones de la gente. Estaban haciendo un concierto distorsionado pero tranquilo (sí, es posible) y la gente no sabía estar calladita. Luego sí, cuando tocan Mr. Tough todos a gritar y ponerse a bailar como superfans. Aneu a cagar. Suerte que la segunda mitad del concierto cambiaron de tercio y empezaron con el ruido de verdad. A Ira Kaplan se le fue la olla y a mí la cabeza. Dime que tocaron Cherry Chapstick. Yo la tengo son los Shellac del shoegaze, los he visto sopotocientas veces, pero un concierto suyo siempre es bien. Y si hacen bis (otros) y es con Sugarcube mi felicidad es completa, aunque se oiga como el culo.


Emprendemos el vía crucis hasta el San Miguel, otra vez.
Hay que decirlo más: el Mini es una mierda de escenario que no nos merecemos.

Llegamos y Justice ya están partiendo la pana con D.A.N.C.E. No sé cuánto llevan, da igual. El público patas arriba, bueno, brazos arriba, del revés, y estos que se quieren ir, pero ¿a dónde? ¡Bailad malditos! No nos vamos, al menos no hasta que ha terminado We are your friends you'll never be alone again.


Alguien tiene intención de ir a Washed Out pero se queda eso, en intención, y acabamos en el ATP, viendo el final de The Pop Group y el montaje de la mesa de dj Coco sentados en las gradas, recuperando fuerzas.
Las necesitaremos.

sábado, 2 de junio de 2012

Primavera Sound 2012, viernes

Llegar a las cinco se está convirtiendo en una quimera. Me hubiera gustado ver a Laura Marling pero The Chameleons y gracias.
Programar un grupo de post-punk a las seis de la tarde en un escenario en el que el sol cae a plomo es cuando menos, gracioso. Super-fans subiendo, mucho, la media de edad, gente cantando las canciones con el corazón saliéndoseles por la boca es que la banda es grande, o lo fue, o algo. Y estaban encantados de estar allí, pese a la solana.

El siguiente era Rufus. Con un traje que dejó el blanco de flores de un lejano FIB 2007 a la altura del betún. Conserva la voz magnífica, pero no me enganchó. Los que se quedaron dijeron que estuvo muy bien, la prensa opina lo contrario, pero lo que yo vi, bien. Decir que Rufus ha perdido magnetismo es mucho decir, y aún cuando fuera verdad, le queda para dar y vender.


Tras unas cuantas canciones Alberto y yo nos fuimos al ATP (primera vez que pisaba ese escenario) a ver I Break Horses, que les tenía muchas ganas. Sonido pasado de vueltas, fastidió el hit, Winter beats, que perdió todo detalle en una maraña de bajos. Pero me encantaron. Monotonía sonora hecha virtud. 


Cenar en las gradas del Ray-Ban con Afrocubism, cuota "world-music" del día, y a coger sitio en The Cure. Coger sitio significaba ponernos bajo la pérgola para encontrarnos todos y luego, salvo los dos super-fans que se metieron en medio, el resto nos sentamos en la retaguardia, a disfrutar.
Tuit: " La primera vez que vi a The Cure fue en el Palau d'Esports en el 92. Lo dejo ahí."
Pues eso. Me levanté con Friday, I'm in love, que no por típica y tópica va a dejar de gustarme, pero a las dos horas decidimos que ya teníamos suficiente y cambiamos de aires.


Algunos habían ido a Napalm Death y llegaron a Mayhem y sus cabezas de cerdo. Yo tenía Dirty Three en la lista, pero fuimos directamente al Mini, a esperar que M83 empezara con media hora de retraso (las ganas de tocar más rato de Robert Smith trastocaron todos los horarios posteriores a su actuación). Esperar que empezaran y largarse apenas empezada la tercera canción, que no fue Backyard Girl como en Razz, y  decidimos probar suerte en Codeine. Sonaba de lujo pero era concierto bajona, y no necesitábamos eso.



Muy a mi pesar accedí a ir a The Drums, y después de todo lo que he dicho (malo) de ellos, lo que vi, mitad final del concierto, me gustó. Salvo "Let's go surfing", sigo sin soportarla. Pero sí, vale, tienen canciones gasta-zapatilla de subidón instantáneo. También ayudó que el guitarra bailarín ya no esté o haya dejado de bailar (perdonen ustedes pero no conozco tanto al grupo para saberlo). 
Y el pobre Barón mientras, tragándose M83 porque yo le dije que no eran bluff... 



De nuevo bajo la pérgola, poco tuvimos que esperar a The Rapture. Era lo que necesitábamos, líneas de bajo sincopadas, batería que se aceleraba por momentos, y el cencerro infalible. Get Myself Into It, House of Jealous Lovers, Sail Away pero sobre todo How deep is your love?  pusieron el San Miguel patas arriba. Grandes.


Como no teníamos ni idea de quien era quien en lo quedaba en la parrilla decidimos bajar al Pitchfork / Vice. Lo que llegaba del Pitchfork daba miedito de oir, y lo que nos encontramos en el Vice fue rock'n'roll guitarrero sacando músculo. Obits, banda de rock alternativo de Brooklyn según reza la info de la web del festival (Brooklyn, ese lugar del que sale de casi todo menos rock) incendiando el escenario. Solo fueron tres canciones, pero conciertazo. Escuchad You gotta loose y me decís.


Lo más parecido a una carpa-pop era el ATP, donde pinchaba Barry Hogan, fundador de ATP. Llegamos corriendo para acabar de bailar Sonic Youth, pero volvió al techno, y así estuvo jugando al gato y el ratón, ahora pop, ahora tralla, y sin ser de traca nos permitió aguantar con divertimento hasta que abriera el metro.
En el Ray-Ban, Aeroplane lo estaban petando, aceleramos el paso para que no nos pillara la marabunta que se formaría cuando acabara.
Hoy más.

PS12. El otro jueves

Esta debía ser una crónica positiva y elogiosa, pero la polémica de Gaby Ruiz con un periodista que había criticado la poca presencia (o en horarios no demasiado fáciles) de grupos de la escena catalana en el festival lo cambia casi todo. Haciendo gala de su habitual talante de autofelación infinita, autocrítica inexistente y tono facineroso, le habían retirado la acreditación. Parece que hubo rectificación "sugerida" por el ayuntamiento (que pone unos eurillos de subvención). Por todo eso, PS sucks! somo cada año.
Vamos con la música y esas cosas. Al llegar, cola kilométrica para el intercambio de entradas por pulseras. Yo ya estaba dispuesto a la crítica pero todo ha ido rapidito, así que el primer golpe no llegó a su destino.
El primer concierto fue Baxter Dury, un Iggy Pop más joven y elegante, con banda potente aunque la atención se centró en las piernas de la teclista y su indescifrable y corto vestido.
Luego un buen rato del rock americano de Archers of Loaf, un par de canciones de Chinarro en el culo del mundo y vuelta al San Miguel para Afghan Whigs, con un intenso y gritón Greg Dulli al frente. Se ha adelgazado un pelín pero de lejos parecía Joan Laporta. Buen concierto, aunque la potencia del sonido echó de menos algo de matización.
De ahí, vuelta al culo del mundo a ver a Death Cab for Cutie, ya con el grupo intersimbólico disgregado y el niño perdido y abducido por el festival y las crías escocesas y croatas (hola Barón!). Sabíamos que había una Twilight zone que absorbía festivaleros en la zona vip (hola Brokenjarta!) pero lo del barón nos pilló de sorpresa...al menos a esa hora.
De nuevo al San Miguel para Wilco, siempre solventes y con ganas de sentir los gritos futboleros del público. Como el niño no aparecía, fui a dar una vuelta por otros escenarios a ver si lo encontraba dormido o durmiendo. Búsqueda infructuosa pero vi un par de canciones de Thees oh sees en el escenario ATP...y eso tenía pinta de conciertazo. Y entre el público, Chinarro charlando animadamente con dos jovencitas de aspecto guiri y Alex Kapranos entre los juncos alucinando con lo que sucedía en el escenario .
Refused apuntaba a concierto de descanso para Cafeína y un servidor, pero no os penséis que aquello fue un muermazo. Nada más lejos de la realidad. Pocas veces, por no decir ninguna, he visto tanta intensidad sobre un escenario. Público rendido a los chicos de Umeå y ellos rendidos a Barcelona, recordando su visita de hace ya 15 años y haciendo notar que las letras de sus canciones de entonces, llenas de rabia, son desgraciadamente vigentes y necesarias en estos días que nos toca vivir.
Con el subidón del concierto de Refused a pesar de verlo desde las gradas, la presumible última cita de la noche para ambos llegaba desde Glasgow con nombre de archiduque austro-húngaro. Todo preparado para la ocasión pero la voz de Kapranos hizo una breve aparición inicial para ir apagándose paulatinamente, pasando por diferentes estados: desde una cazalla que se antojaba más adecuada para versionear a Tom Waits hasta el hilillo final propio de Vito Corleone. Franz Ferdinand flojos, por la fría noche de Barcelona (según Kapranos, causante de su afonía), aunque antes de la pérdida de voz me dio la impresión de que intentaron darle músculo a su pop bailable sin demasiado éxito. Presentaron dos o tres canciones nuevas que no acabaron de enganchar. Aún así, profesionales hasta el final, intentando que no decayera la ilusión de un público rendido (injustificadamente) de antemano. The XX no los habíamos visto previamente (ni Beirut, el concierto más tenso por el extravío del niño, jeje!), vosotros diréis.
Y de ahí, a casa. Dejamos a Brokenjarta y la incombustible Gwen a cargo de la representación intersimbólica y a descansar. Antes Rayuelo perdió el móvil, con el consiguiente ataque de nervios presupuestario en la empresa y el síndrome de abstinencia del madurito con la mejor camisa de cuadros del festival .
 Resumiendo, el primer día era un 3-0 a favor del PS, pero el incidente de la acreditación lo deja en empate, por impresentables.
Apuntes:
-Camareros/as de Portugal: cobran menos y saben todos inglés. Alguno se intentó pasar de listo con el cambio, pero en general no tienen la culpa de que Mourinho sea un hijo de la gran puta y Cristiano Ronaldo un niñato (que es el 2º mejor jugador del mundo, esos sí)
-El sonido este año es potente, no nos podemos quejar (si te sangran los oídos, sí). Aunque los de la mesa de sonido se lo podrían currar un poco más para matizarlo.
-El público fue de notable (alto en algún caso), casi siempre respetuoso, educado y de buen rollo. Con una graciosa excepción, nada de disfraces.
-Los maduritos tenemos la suerte de tener los pibones en casa, si no, lo pasaríamos mal, ya me entendéis.
-Se echó de menos a Walkiria, Buhíta y Pingüinita, Margarita, la Slim runner, Rayuela y Rayuelín, Nick, el Neng y la supermami  y Anna Blumme desde RIL( y también a quién no pudiera venir y yo no recuerde, que tengo una edad).
Y con esto y un bizcocho, hasta la próxima crónica. Me juego lo que queráis que The Rapture lo petó, como dicen los jóvenes hoy en día.

viernes, 1 de junio de 2012

Primmavera Sound 2012, jueves

Si el mundo viviera de intenciones yo habría llegado al Fòrum a Doble Pletina, pero apurando llegué a Baxter Dury cuando ya sonaba la primera o segunda canción. Muy buenos, bailones, guitarreros, con una teclista-corista distrayendo al público masculino con sus contoneos de lo esencial: buenas canciones para un buen comienzo de festival.


Lo siguiente que vimos fue Archers of Loaf. Guitarreo noventas, bien pero sin aspavientos. Me empezaban a doler las zapatillas. Mal. (Nota mental: asegurarse de llevar calzado muy usado o muy blando). Eso sí, el guitarrista la vivió, dándolo todo!
Otros intersimbólicos que no harán crónica vieron a Peter Wolf Crier o eso decían.


De ahí al escenario Mini, o Descampao, está aún más lejos que el año pasado y el nombre es una broma, es gigantesco. 


Sr. Chinarro, lo había visto cuando llegué, viendo a Baxter Dury, ¡que hombre más alto! ya estaba rasgando la guitarra ante un público aún escaso y nacional. Aparecieron unos ingleses mamarrachos que se pusieron a bailar. Bailar Chinarro, eso sí es indie. En fin, que estaba bien, pero lo hemos visto muchas veces y habrá más oportunidades y el Inquilino quería ver a The Afghan Wings, que todo lo contrario, y allá que nos fuimos unos cuantos. Solo diré que a un par de intersimbólicos no les vi más el pelo en toda la noche, y eran las ocho de la tarde... 


The Afghan Wings debería hacer la crónica otro. Me gustaron, mucho, pero apareió J planetas en mi campo de visión y me la nubló. Que no me gusta, recoi! pero saberlo a diez pasos me altera. Como Dead Cab for Cutie empezaban en un rato y había que desandar el camino hacia el Mini de nuevo, nueva escisión. Unos se quedaron, otros fueron a Mazzy Star y otros tres a ver a Ben Gibbard. 
Llegamos cuando ya habían empezado, tocaron algunos hits y tuvieron serios problemas técnicos, incluyendo 20 segundos o más sin sonido, que ellos ni se dieron cuenta pero al técnico le debió provocar sudores fríos. Después de eso el volumen, que hasta entonces había sido del 11 en todos los escenarios, se quedó al 7, resintiéndose el concierto. Entre una cosa y otra no me metí en el concierto ni cuando tocaron The sound of settling.

Tras intentar, infructuosamente, solucionar unos problemillas de localización, me fui pitando al escenario de arriba, quería llegar puntual a Wilco, mis Wilco. Había que pasar por wc y por barra, y me encontré al Boyscout, entreteniéndome más de la cuenta, lo que hizo que empezara Art of Almost mientras yo subía las escaleras del Pitchfork. Debió ser digno de ver: saqué mi vena de corredora e improvisé un entreno, subiendo al trote los tropecientos escalones. Una vez arriba, medio trotando hacia el escenario, como cuando esta canción me acompaña en las salidas de las carreras. Aunque con pitillos y zapatillas que rozan se corre mucho peor, doy fe. Poquísima gente, que gusto, poder verles desde relativamente cerca a tus anchas. Grandes, grandes. No se me ocurre nada que decir, de tanto que he escrito sobre ellos. Solo sé que podría ver un concierto suyo cada seis meses y no me cansaría. Art of Almost sonó como es, rugosa, Spiders (Kidsmokes) cambiada, I'm the man who loves you tan bonita como siempre. Impossible Germany, Jesus, etc., perfectas. De lo nuevo, Born alone (my eyes have seen the fury...), Whole Love, preciosas. Y si al final tocan A shot in the arm ya no puedo pedir más. 


Acabó, y era pronto y parecía tan tarde. Faltaba Franz Ferdinand y había que entretener la espera, y Alberto y yo fuimos a The XX y están muy bien, me gustaron, pero creo que fue el error de la noche, uno de ellos. Refused tocaban en el Pitchfork, y Cafeína e Inquilino los eligieron, y cuando nos volvimos a encontrar estaban "trasbalsats". Parece que aquello fue un derroche de energía, pero que lo cuenten ellos. 
Kapranos salió con la voz justa y la fue perdiendo a lo largo del concierto, se disculpó por ello. Tocaron con ganas y sus hits son infalibles y arrancaron a la masa a bailar, pero mis zapatillas me estaban matando. Aún y así cómo resistirse a dar unos saltos con Take me out, Tell her tonight, y una gloriosa y desenfrenada This fire. 


Momento de retirada general, pero yo no me quería ir, y por suerte aún encontré con quien ver a John Talabot (¿es intencionada la similitud con "tabalot"?), mi dj favorita con su amiga Bom. Mira que la electrónica no es lo mío, pero allí estuvimos, casi una hora, entre bailoteos y conversaciones absurdas. 
Eran las cuatro y por primera vez en 11 ediciones, me fui a dormir antes de que abrieran el metro. 
Oportunamente se le acabó la pila a mi reloj y la espera del taxi me pareció mucho menos de lo que fue. Saqué mi espíritu práctico y aparqué mi timidez y acabé compartiendo taxi hasta Gracia con un chaval con la nariz anillada la mar de majo, con el consiguiente ahorro de tiempo de espera y económico. 
Aun y así, a las cinco en casa, no está mal. 
En un rato, más.