jueves, 24 de febrero de 2011

Colapso

Llevo una semana trabajando desde casa para no pasear mis miserias dermatológicas por la ciudad y la oficina. El resultado, jornadas de más de 9 horas de trabajo real, sin contar la pausa de la comida, los cafés, la lavadora y los juegos del facebook. Es lo que tiene tener el pc en casa y no querer salir de ella porque la gente se me queda mirando.
Rumiaba contenta, y lo comentaba hace un rato con el príncipe de los vientos, que había conseguido que mi buzón bajara de los 400 correos que llevaban en la bandeja de entrada desde noviembre. No los mismos, claro, pero entre lo que entraba cada día y lo que había acumulado no conseguía llegar al fondo. Ahora estoy por debajo de 300, desde el martes. ¡Qué alegría, qué alborozo! Y cada día cierro con alguno menos.
Pero al comentarlo me he parado a pensar. Hoy se han quedado en la bandeja de entrada 13 de los recibidos hoy y en la de salida, 8, que archivaré o borraré cuando cierre los temas. Los que he llegado a archivar, ni lo sé ni lo quiero saber. Porque si tenía más de 100 borrados solo hoy, es más que probable que haya archivado otros 100 por lo menos. Eso, solo el correo electrónico. Seguro que vuestros buzones echan el mismo humo o más. Pero no me consuela.
Un día de estos no se me reinicia el cerebro.

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