Crítica de libro: La carte et le territoire

Cuando estoy bajo de ánimo, negativo total, me da por leer a autores apocalípticos, extremadamente pesimistas con el presente y el futuro que le espera a la humanidad. A los que prefiero son a Houellebecq, Palahniuk y Ballard. Pero seguramente el que mas me gusta es el primero, será por proximidad cultural.

El final del año fue duro en todos los sentidos y cuando vi que iba para abajo me fuí a la FNAC a comprar el último libro del francés, “La carte et el territoire” (el mapa y el territorio), ganadora del premio Goncourt del 2010. Lo pillé en francés, un idioma que no domino, pero que por esa misma razón me da la posibilidad de encontrar segundas lecturas de todo aquello que no acabo de entender.

El libro es un tocho de mas de 400 páginas, y la verdad es que desde el primer momento me enganchó. Houellebecq ha madurado con el tiempo, y pese a que continuan en sus novelas las obsesiones habituales, en este libro ha sabido ser más sutil y que estas no capitalizaran el texto.

No vas a encontrar en este libro positivismo, ilusión, ni sorpresas. La decrepitud avanza y el desastre se va a acercando sin remisión, hacia un futuro más deprimente del que conocemos. Un escritor capaz de retratar en un libro el asesinato de sí mismo. Un escritor que se ríe con estilo de los poderosos y los artistas de arte contemporaneo.

Houellebecq sabe como pocos retratar el europeo blanco, de edad y clase media del siglo XXI. Dibujar su decrepitud, el fin de un paraiso y de un mundo que se desvanece en el caos de la globalización y la pérdida de los valores referencia del siglo pasado: la religión, la familia y el Estado.

No en cualquier momento de tu vida puedes leer a los apocalípticos, seguramente si te equivocas no serás capaz de acabar el libro o te parecerá una mierda. Pero a mí de vez en cuando me gusta que la mierda se extienda por la faz de la Tierra. Yo que tú me leería el libro.