jueves, 5 de agosto de 2010

EL GENIO DE ALEJANDRO MAGNO

La infancia de Alejandro

“Filónico de Tesalia le ofreció a Filipo un semental, Bucéfalo, a un precio de trece talentos. Después salieron a la planicie a probarlo. El veredicto fue que el caballo era salvaje muy incontrolable. No permitía que nadie lo montara, ni siquiera los mejores jinetes de entre los camaradas de Filipo, y se encabritaba para impresionar a todos. Esto enfureció a Filipo. Ordenó la eliminación de este animal tan absolutamente salvaje e indómito. Alejandro estaba presente. Que caballo se van a perder-dijo-. No pueden controlarlo porque carecen de comprensión y coraje. Filipo al principio calló. Pero cuando Alejandro insistió una y otra vez y se enardeció, Filipo dijo: ¿osas criticar a tus mayores porque tienes un poco más de conocimiento o eres más hábil para montar un caballo? Sea como fuere, a este caballo-contestó Alejandro-lo monto mejor que nadie. Y si no lo domeñas, ¿qué precio pagarás por tú imprudencia?, inquirió Filipo. ¿Cielos! Te pagaré el precio del caballo-Alejandro-. Hubo un estallido de risas. Luego, una vez establecidos los términos monetarios de la apuesta, Alejandro se acercó al animal, tomó las riendas y lo hizo ponerse de frente al sol, porque se había dado cuenta-según parece-de que el caballo se ponía nervioso al ver agitarse su propia sombra.

Durante un rato Alejandro acarició al animal. Entonces, cuando vio que estaba lleno de bríos, se quitó lentamente la capa, y de un salto montó a horcajadas sobre él. Durante un tiempo lo tuvo dominado, tensando las riendas para controlar la embocadura, pero sin dar tirones ni lastimar la boca, y cuando vio que el caballo perdía el temor y estaba ansioso por correr, lo dejó galopar y lo estimuló con un grito vigoroso y la presión de sus piernas. Al principio los que estaban con Filipo lo contemplaron con inquietud y en silencio. Pero cuando logró que el caballo se comportara de manera correcta y regresó jubiloso y altivo, todos vitorearon. Su padre, según se dice, lloró de alegría, lo besó cuando desmontó, y le dijo: Hijo mío, busca un reino digno de ti. Macedonia no es suficientemente grande para ti.

Nicholas Hammond

NOTAS:

- Este relato se atribuye aun testigo presencial, un tal Marsias Macedón.
- Bucéfalo, que significa “cabeza de buey”, así se llamaba según la marca a fuego sobre su anca, era un semental de unos cuatro años de edad. Era un caballo de gran porte y espíritu noble, como en efecto lo vemos retratado en el mosaico de Alejandro que conmemora la batalla de ISO.

- Se montaba a pelo porque los estribos y las sillas de montar no se inventaron hasta la Edad Media, lo que me hace pensar lo difícil que sería y más con un caballo así.
v Bucéfalo fue entrenado para caballo de guerra y jamás se dejó montar por nadie que no fuera Alejandro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo mentira. También decían que Alejandro nació de una virgen, como otro famoso personaje.

Xist, J