lunes, 16 de marzo de 2009

Pena, penita, pena

Hace más de un mes (o cuatro) que lo vi por primera vez, y ya quise escribir, pero se me pasó.
Acabo de pasar por delante, y me ha dado la misma pena o más que la primera vez, y me he maldecido por no haberle hecho una foto como tantos días pensé hacer. Ahora ya no está ni así:


La Cibeles, el Mond, ya no existe. Solo hay un enorme solar, vacío, donde suponemos que el espíritu de Sideral está esperando que construyan la residencia para mayores en la que pulular por los pasillos.

Aquí sí toca decir: ¡puto sinnamon! por regalarnos cuatro o cinco años de viernes fantásticos (sí, vale, algunos eran un truño, pero la memoria es caprichosa) y luego rendirse. Replegarse a la gran máquina de hacer dinero que es el razz, y si te he divertido no me acuerdo. Dejar que el ayuntamiento, una vez más, se salga con la suya.

Y hablando del ayuntamiento, ¿el asunto La Paloma cómo lo tenemos? ¿Dejaremos que ratas y palomas, estas de verdad, lo invadan y deterioren para dentro de veinte años darse cuenta, "ui!, com hem badat!" y rehabilitarlo como están haciendo ahora con el Molino?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un de esos sitios donde siempre ibas a pillar poppies frescas y lo único que conseguías es acabar bailando en medio de la pista "Take me out" de Franz Ferdinand con las luces encedidas y un pedo del copón. (Y con Lineker a tu lado)

Grandes momentos para pasar una ruptura dolorosa. Una tristeza muy grande muy grande.

Viva el Mond!!

Anónimo dijo...

puto sinnamon!!!!