martes, 28 de octubre de 2008

In-Edit: Beautiful Dreamer (Brian Wilson)

Las cosas nunca pasan cuando deberían, a su hora y en orden.
Vi a Brian Wilson presentando Smile en el FIB del 2004, y fue un gran concierto, que empezó con el sol poniéndose, con Brian Wilson desplegando su timidez detrás del piano y una gran banda interpretando canciones mágicas.
El álbum salió después en España, y lo compré religiosamente, y supe que habría disfrutado aun más el concierto si lo hubiera tenido antes en mis manos.
Y si, antes de todo eso, hubiera visto este documental, no me habría conformado con la habitual posición centro-derecha-no-muy-delante del primer concierto del grande en el FIB. No, hubiera ido delante y habría estado aun más atenta. Porque ahora, hoy, sé que lo que hizo ese hombre terminando el disco y sacándolo de gira con toda su fragilidad, miedo y antiguos fantasmas, fue heroico.


Como el otro pase fue el sábado, no se lo chafo a nadie contando como es el docu.
De factura clásica: fotos, grabaciones pasadas y presentes y un elenco de allegados y famosos dando su versión de la historia, o simplemente diciendo “It was amazing, it was so cool” como Jeff Bridges. Los que aportan la carne son algunos de los músicos que estuvieron en la grabación de Smile en los 60 y en 2004, su manager o publicista, no me ha quedado muy claro, Van Dyke Parks y por supuesto, Brian Wilson. La salsa, Elvis Costello, periodistas, productores, etc.
La primera parte dibuja el mundo de Wilson en el 66 y 67, con idas de olla como poner un cajón de arena en el salón con el piano dentro y tocar allí descalzos, pero sobre todo, el proceso compositivo, para alucinar, ¡a trozos!
Todos coinciden en que las drogas tuvieron poco que ver en que el disco no se acabara entonces.
Salto temporal y nos devuelven la sonrisa. Brian se casó en el 95, le echó huevos y salió de gira con el Pet Sounds (no giraba desde el 63, de hecho apenas hizo conciertos en los 60) y finalmente, en un acto de temeridad, intenta acabar Smile.
La primera actuación en Londres contó con un invitado de lujo, Paul McCartney, que acabó aplaudiendo y jaleando enloquecido. La cara de Brian Wilson antes de salir daba penica, de lo acojonado que estaba. El concierto terminó con Good Vibrations, perfecta.


No hace falta decir que nada más llegar a casa he puesto el disco. Bueno, después de pasar por una ducha de agua hirviendo, que me he calado al ir.
Y como diría Aznar, vaya rollo les he soltado.

No hay comentarios: