jueves, 13 de marzo de 2008

La juventud (La posibilidad de una isla)

La juventud era el tiempo de la felicidad, su temporada única; llevando una vida ociosa y carente de preocupaciones, parcialmente ocupada por estudios poco absorbentes, podían consagrarse sin límites a la libre exultación de sus cuerpos. Ellos podían jugar, bailar, amar, multiplicar los placeres. Ellos podían salir, a primera hora de la mañana de una fiesta, en compañía de parejas sexuales que ellos habían elegido, para contemplar la triste fila de empleados entrando a su trabajo. Ellos eran la sal de la tierra, y todo les era dado, todo les era permitido, todo les era posible. Mas tarde, habiendo fundado una familia, habiendo entrado en el mundo de los adultos, ellos conocerán las preocupaciones, el trabajo, las responsabilidades, las dificultades de la existencia; ellos deberán pagar impuestos, someterse a las formalidades administrativas sin parar de asistir, impotentes y avergonzados, a la degradación irremediable, primero lenta, y despues más y más rápida, de sus cuerpos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Chaval estás muy mal. Tomate unas vacaciones.

(Esta puede ser la primera vez que alguien se autocomente en intersimbólico)

Anónimo dijo...

Un primer paso es reconocerlo.
y los líderes siempre son los primeros en algo...