martes, 27 de noviembre de 2007

¡Gijón!

Esta vez vuelvo a quedarme dormida en el avión, pero despierto a tiempo de divisar la peculiar silueta de Gijón antes de aterrizar con una leve llovizna.
Ese color verde, ese cielo encapotado, y esa ciudad pequeñina y acogedora pese a la lluvia intermitente, el frío y el viento.
Primero de todo, la comida: pixín, los escalopines al cabrales...¡qué bueno! Aunque parezca mentira, no hubo fabada.

El festival:
el punto friki: "Tetsuo" (para suerte de Gwen y mía, solamente duraba una hora), la película mítica del ciberpunk, según boyscout. Tampoco estuvo tan mal, pero no creo que vea la segunda parte.
En música: el descubrimiento de Scott Walker y la enésima constatación de que Bono aparece sin venir a cuento en demasiados documentales musicales. El campamento de niñas rockeras, muy divertido.
Irak: un par de películas (una yo no la vi, ya os contarán Gwen o Walkiria), "Grace is gone", con John Cusack, conmovedora.

El concierto: Tulsa, qué voz tiene esa chica.

Las conversaciones, con el tema Irak bastante presente.

Los bares, llenos, llenos, llenos y la manía de la gente en empeñarse en entrar en ellos y empujando, ir para el fondo como si fueran infinitos y hubiera un gran vacío (que no había) al final.

En resumen, un par de días y medio, ¡demasiado corto! El año que viene, más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buscar el vacío que no existe al final tendrá alguna implicación filosófica o es una manera feromónica de satisfacer la falta de roce?