viernes, 30 de noviembre de 2007

Aeropuertos

En la misma terminal 1, esta vez con más sueño, otra vez las colas para los ascensores. Busco las escaleras (por lógica deberían existir), pero no las encuentro. Resignada, me pongo en la cola. Por fin es mi turno, entro en el ascensor, lo único que quiero es salir de este aeropuerto, aunque el día sea gris oscuro y esté lloviendo.
Cuatro carritos llenos de maletas y seis personas más, de golpe, el ascensor se para. Nos miramos con cara de ¿aquí ha pasado algo?. Apretamos botones, hasta que al fin se oye una voz desde algún lado. Pasan unos diez minutos (probablemente menos pero en estas situaciones es bien conocida la dilatación del tiempo) hasta que la maquinaria vuelve a estar en movimiento. Vuelve a parar, se abre una puerta y lo único que hay es una pared.
Se cierra la puerta otra vez, vuelve a subir y, al fin, vuelta al punto inicial. Ya me da igual, salgo de ese ascensor y entro en el siguiente que llega.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mí me pasó en la famosa T-4. Esa terminal da miedo.