Sábado de nervios,la familia dispersa preparándose para el gran día de Sandra y Lucas.Mi padre medio espitoso quiere llegar con tiempo a la floristería para recoger el ramo,lo hacemos demasiado pronto,aún no lo han acabado y mientras el floristero con apellido de portero malo del Barça lo finaliza y nos explica las bondades de su obra de arte (este chico tiene déficit de cariño) escuchamos lo que canta el Ipod del chaval (Alannis Morrissette,Bruce...un poco gay todo).
De vuelta a casa para tunearme con el traje la gente nos mira con una mezcla de extrañeza y simpatía,sobretodo ellas.
De camino a casa de mi prima se repiten las miradas de curiosidad.Sandra está en la sesión de fotos,nerviosa pero sonriente,hermosa como una princesa élfica...lástima que la foto se estropea con un hobbit entregándole el ramo.No hubo verso,era la única manera que se me ocurrió de no ser tradicional.
Hacemos tiempo charlando y comiendo unos canapés,más que nada para llegar un poquito tarde y poner nervioso al novio.Conduzco a la novia por Barcelona camino a la autopista,la gente sigue mirando,pero esta vez con razón,llevo a una reina en su carruaje...
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